Capítulo 40

3 1 0
                                    


Fabiola organizó una pequeña fiesta de bienvenida el fin de semana para Ivette, debido al trabajo que ambas mantenían era el único día en que podían celebrar.

— Lucas es inocente, así que no hables mal de él.

— ¿No sabes la razón del por qué Bruno terminó así? No estuviste aquí, no sabes todo lo que sucedió entre ellos dos y cuánto ah cambiado... Sí lo volvieras a ver te darías cuenta de que él Lucas que conocías ya no existe. —Aseguró Fabiola al beber el licor.—

— Se encontraron pruebas y cometió el error de desconfiar con facilidad, lo entiendo. —Susurró la artista al cruzar las piernas.— Pero no puedes echarle la culpa sobre la muerte de Bruno.

— Eso díselo a Ana, ¿No sabes cómo está? Lo visita cada día y siempre hace escándalos afuera de su trabajo.

— No puedo creerlo, cometió un error como cualquier humano y lamentablemente hubo este final.

— Lo defiendes porque lo amas. —Dijo Fabiola sin medir sus palabras, logrando que el ambiente cambiará.—

— Cambiemos de tema.

Mientras que por un lado se organizaba una pequeña reunión de mejores amigas, por otro lado teníamos a Lucas quién caminaba tomado de la mano junto a Sara. Los dos pasaron un día romántico, una cita planeada por la novia quién deseaba ayudarlo a sobrellevar la pérdida de su mejor amigo.

— Llegamos. —Pronunció Sara al estar de pie delante de la puerta.— ¿Estas seguro, que estás bien?

— Tranquila, soy más fuerte de lo que crees. —Con una sonrisa llevó sus manos sobre la cabeza de Sara y dejó un beso sobre la frente de esta.— ¿No haz vuelto a recibir algún mensaje?

— No, desde hace días que esperaba que volviera y nada.

— Puedes confiar en mí y-

— Te hice una promesa, no volveré a esconderte algo tan serio y cumpliré mi palabra. —Decía Sara al sonreír, recibiendo un corto beso en los labios.— Hasta mañana, pato.

— Cuídate. —Lanzó un beso volado y Sara recibió el beso, observando como cerraba la puerta pudo subirse al carro y dirigirse al condominio.—



                                   ∞∞∞



Gabriel ingresaba a la empresa Godoy Constructora, como diseñador de interiores y fue presentado a lo grande ante los empleados, entre ellos se encontraba Lucas quién observó la mirada fija de aquel hombre con una fascinación por las chaquetas de cuero y calzado formal.

Durante la tarde continuo con el trabajo que debía hacer como asistente del arquitectos principal, quién era muy respetuoso solo por su posición social ya que había otro asistente que no compartía el mismo beneficio; al principio, Lucas odiaba eso, pero conforme pasó el tiempo decidió aprovechar las oportunidades que se le presentaban.


— ¿Te conozco de algún lado? Me incomoda que me mires de esa forma así que para de una vez. —Demandó al colocarse delante de Gabriel quién mantenía una sonrisa.—

— No, nos conocemos. —Gabriel estuvo por explicarle la razón, pero el ruido de vidrios rotos llamaron toda su atención.—

— ¡Lucas Miranda! —Exclamó Ana al sujetar el pedazo del vidrio entre sus manos, ocasionando herirse en el proceso.— ¡Deberías de estar en prisión! ¡Maldito asesino! —De inmediato fue reducida y sacada del establecimiento, mientras que por un lado Lucas decidió seguirla.—

••• Golden Boy •••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora