Capítulo 47

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Lucas e Ivette se encontraban dentro del departamento, los dos estaban ubicados en el sofá mientras él tenía en mano aquella sortija de matrimonio y después de haberse quedado unos minutos en silencio finalmente sonrió.

— Realmente estabas decidida a que fuera tu esposo. —Susurró al mirarla, notando el pequeño sonrojo en aquellas mejillas.— ¿Tanto te gustó que no podías dejarme libre?

— Me gustas mucho.

— ¿Cuánto?

— El doble de tus sentimientos.

— Es imposible... —El arquitecto la tomó del mentón, acortando la distancia.— Siempre te amaré más y no hay posibilidad de discusión en esto. —Mantuvo la sonrisa, para finalmente extender la mano izquierda.— Debemos sellar este momento.

— Tienes razón, continuaremos el protocolo. —Ivette no podía mantenerse seria debido a la emoción de colocarle el anillo en el dedo índice, ahora era su turno. Las manos cálidas de Lucas lo tomaron con suavidad, colocando el anillo eran oficialmente estaban comprometidos.— Eres completamente mío.

— Yo soy tuyo desde el primer momento en que te vi.

Durante todo el día la agenda que Lucas había planeado fue descartada, la pareja comprometida decidió pasar tiempo en aquel departamento y disfrutando de un delicioso almuerzo preparado por el arquitecto para evitar una intoxicación, finalmente en la cena pudieron disfrutar de una serie juntos olvidándose por completo del mundo y de sus obligaciones.

— ¡Tío! —Aarón corrió hacía los brazos de Lucas, la ocasión era una visita rutinaria en la casa de su padre que ahora pertenecía por completo a César.—

— Tengo algo importante que hablar con tu padre ¿Dónde está?

— En su despacho, no me deja jugar ahí porque dice que lo desconcentro. —Susurró con una expresión de tristeza, hasta ver a su madre aparecer.—

— ¡Cuñado! —Jazmín sonrió al verlo y darle un fuerte abrazo.— No esperaba verte.

— Vine a ver a mi hermano, temas aburridos.

— Entiendo. —Lo miró con sospecha para finalmente llevar al pequeño hacía el jardín, en donde desarrollaba sus habilidades artísticas.— Cuando crezca puede tener sus pinturas en la galería de su tía.

— Tiene demasiado talento... —Lucas veía como Aarón había nacido con un talento en el arte de plasmar trazos. Dejando a su cuñada y sobrino, se dirigió al despacho donde antes era el padre quién trabajaba desde ahí, ahora era César quién se había internado en aquel lugar.— ¿Puedo pasar o también te desconcentro?

— Pasa, hermano. —César se puso de pie para darle un abrazo.— Siéntate.

— Gracias. —Se acomodó en el sillón, mientras César tomaba asiento en el centro.— Eh venido para hablar de negocios.

— ¿Acaso es por ese proyecto que nuevamente quiere traer el señor Godoy?

— Me dijo que lo rechazaste, quizás podrías-

— Es demasiada inversión y las posibilidades que tengamos éxito son bajas, no voy a arriesgarlo todo por ese loco inversor.

— Eh visto los cálculos y sé que es arriesgado, pero las ganancias serían exorbitantes. Hermano, hay veces que debemos arriesgarlo todo y sé que esto nos hará ganar mucho dinero... ¿Podrías reconsiderar tu decisión? Eres el CEO y necesitas esto ¿O no? Así esos viejos te dejarán en paz, déjame ayudarte. —El arquitecto vio como su hermano mantenía una expresión de desconfianza.—

••• Golden Boy •••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora