Capítulo 56

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El niño fue dejado en su habitación, mientras que Jazmín dejó a un lado el vino para poder cuidarlo

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El niño fue dejado en su habitación, mientras que Jazmín dejó a un lado el vino para poder cuidarlo. Ivette se retiró de la casa, subió al carro para volver a la suya en donde encontró al esposo sentado en el sillón con el cuarto cigarro entre manos.

— ¿Qué fue eso?

— Perdí el control, lo siento.

— No es conmigo con quién debes disculparte, Aarón es un niño y no tiene la culpa de quién sea su padre. —Cruzó los brazos al dirigirse hacía las escaleras.— ¿Vendrás a dormir?

— Me quedaré un rato más aquí.

— Buenas noches.

— Buenas noches, cariño.

A la mañana siguiente, Lucas había salido de casa muy temprano para dirigirse a la comisaría en donde César había pasado la noche.

— ¿Qué? ¿Viniste a burlarte de mi? —Preguntó al ver como su hermano mantenía una expresión seria.— ¿No vas a preguntar?

— Lo único que deseas es que las personas se interesen por ti, no voy a preguntar porque ya sé la respuesta.

— Ahora ya no tienes muchas cosas que decir, es gracioso. —Soltó una pequeña risa al sujetar los fierros de la celda.— Yo sí tengo mucho que decir.

— ¿En serio?

— Felicidades, me quitaste todo. —César aplaudió con entusiasmo.— Pero no seré el único quién se quedará solo.

— Solo vine a verte para ser consciente de que estás encerrado, no para escuchar tus lamentos o quejas estúpidas y ahora deberás enfrentar tu más grande miedo...ser igual a mamá. —Lo vio por última vez y salió de la comisaría, las pruebas de que César fue el autor del intento de asesinato fueron el vídeo de la oficina del arquitecto en donde el sobrino confesaba que había sido testigo del crimen y a eso se le sumaba el testimonio del fallecido abogado quién había grabado su propia confesión, así como la cámara del carro en el que se podía escuchar el trato que había establecido con César; todas las pruebas estaban ahí, con poder y dinero la sentencia sería mayor.—

— ¡¿A dónde vas?! ¡No eh terminado de hablar! ¡Regresa! —Exclamó el hermano gemelo al aferrarse con fuerza al hierro.— ¡No soy como ella! ¡Dije que regreses!

Pablo salió de la casa al despedirse de su abuela, para luego dirigirse a la empresa en donde ahora Lucas sería el presidente. Fue citado a una hora exacta y ahí estuvo, viendo como Lucas se encontraba sobre aquella silla.

— ¿Qué se siente? ¿No estás feliz?

— Lo estoy, estoy feliz. —Respondió con una sonrisa al mirarlo, para luego colocar un documento sobre el escritorio.— Debes firmar esto.

— ¿Qué es? ¿Un documento en donde renunció a mis derechos físicos? —Bromeó al tomar el documento y leer.— Me estás bromeando ¿No es así?

— Quiero que dirijas mi empresa, debo hacerme cargo de la presidencial de esta constructora así que debo colocar a alguien de confianza en mi puesto y solo pensé en ti.

••• Golden Boy •••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora