Un nuevo mes iniciaba, Lucas había encontrado un mejor estilo de vida al iniciar en el mundo del gimnasio comenzó de poco a poco, a través del esfuerzo físico encontró una forma "saludable" de expresar cualquier sentimiento escondido en su interior guiado por su padre quién es amante del boxeo el cual fue su pasión de juventud pero no pudo ejercerla porque tenía una profesión que priorizar para poder tener el éxito que tiene ahora como agente en bienes raíces.Notas sobresalientes, dedicación y responsabilidad eran las tres palabras que definían a la perfección al segundo hijo de Sergio Miranda, quién competía en un torneo de natación llegándose la medalla de oro por el primer lugar que ocupó, acaparando el bullicio por parte de sus compañeros de clase así como su padre e Ivette.
— Definitivamente sacaste mi lado deportivo y competitivo, eres mi orgullo. —Lo abrazó con fuerza al mantener la sonrisa.— Hoy prepararé la cena, debemos festejar.
— Podemos pedir que la señora Matilde cocine, no te desgastes.
— ¿Acaso desconfias de la experiencia de tu padre? ¿Sabes como enamoré a tu madre? Con la comida, la primera comida que le hice fueron unos fettuchenes a lo Alfredo y como ella era amante de la pasta, imaginarás la mirada de emoción que desprendía ¡La atrapé en un segundo! —Exclamó al lanzar una carcajada y subir al carro, abriendo el garaje.—
— Lo logré. —Lucas admiraba la medalla que había obtenido con mucho esfuerzo, aunque en realidad en el fondo de su corazón se sentía mucho mejor de lograr cosas que podían enorgullecer a su padre algo que cualquier hijo buscaba.—
Al día siguiente César y Jazmín se encontraban en la playa, ambos acordaron dar aquel paseo para despejarse del trabajo así como los estudios.
— ¿Qué pasa? ¿Por qué no te metes al agua? —Preguntó la mujer al tomarlo de la mano con intención de llevarlo consigo, pero César puso resistencia.— Eres como un pez en el agua.
— Me da miedo el agua... Puedo estar en la orilla pero no voy a meterme.
— ¿De qué hablas? Sí cuando tenías ocho años aprendiste a nadar, incluso una vez yo estuve por morir ahogada si no me hubieras salvado yo no-
—Jazmín. —Al hacer aquel llamado César sujetó ambas manos de la mujer.— Hay algo importante que tienes que saber, debí decírtelo desde el principio pero tuve miedo que te alejarás de mi.
—¿A qué te refieres? —Jazmín sintió la emoción y miedo de ser consciente que una posible confesión iba a salir de los labios de César.—
— Yo...yo no soy Lucas. —Obviamente consiguió aquella expresión de confusión para después escuchar la risa de Jazmín.—
—Deja de jugar, mejor entrenos a bañarnos y-
— Lucas, tu mejor amigo es mi hermano gemelo. —Cesár pudo quitarse el polo blanco dejando a la evidencia el tatuaje en la espalda.— Yo no soy él, mi nombre es César Miranda.
— ¿Qué clase broma pesada es esta? No juegues con esto Lucas, no es gracioso. —Lo único que pudo hacer la joven fue alejarse, caminando hacia la mochila en donde se encontraban sus cosas y dirigirse hacía el paradero.—
— ¡Déjame explicarte! Todo tiene una explicación.
— Quiero irme a casa, hablemos luego. —Al subirse al autobús fue entonces cuando sus recuerdos la golpearon, desde la vez en que ese chico abrió los ojos después del accidente, la forma tan diferente en que hablaba así como la personalidad y mientras más lo pensaba resultaba gracioso que no se haya dado cuenta de que él no era su primer amor. Confundida lo único que pudo hacer fue escuchar música, necesitaba ordenar sus pensamientos al momento en que llegaba a casa con el único deseo de descansar vio a su madre en la cocina con un notable moretón en la mejilla.— ¿Por qué...por qué dejas que ese bastardo te haga eso?
— Estaba enojado, fue un mal día simplemente.
— ¿En serio, vas a decir eso? Estoy harta, estoy cansada de los dos. —Con rapidez se dirigió a su cuarto dando un fuerte golpe a la puerta, para finalmente recostarse sobre la cama y poner la música en alto volumen.—
∞∞∞
La señora Martha y César se encontraban cenando juntos, la comida se dio en silencio hasta que finalmente fue el joven quién lo rompió dando un fuerte golpe sobre la mesa.
— ¿Sabes cuántos años le dan a un adulto por secuestrar a un bebé recién nacido? —La pregunta era directa para la señora Martha quién mantuvo la mirada agachada.- No entiendo cómo mi hermano pudo creer semejante mentira, que lo encontraste casualmente... Todo porque perdiste a tu hijo, no pudiste sobrevivir sola así que buscaste un reemplazo aunque significaba arrebatarle el hijo a otro madre.
— No sé lo digas a Lucas por favor, él me quiere mucho y no debería saber la verdad.
— Entonces nos viste ese día, con razón cambiaste tu comportamiento. —Susurró al ponerse de pie caminando hacía la pequeña repisa en donde se encontraban unas fotografías del hermano gemelo, cada temporada en que iba creciendo.— Voy a volver a mi casa... Pero no puedo hacerlo al ser consciente de que una criminal está suelta.
— No me acercaré a Lucas, te lo juro. Por favor no le digas nada, soy vieja y no me queda mucho tiempo de vida, solo lo veré de lejos porque es como un hijo para mí... Sé que cometí un error, sé que me equivoqué, por favor él no tiene la culpa de nada.
— ¿Te consideras su madre?
— ¿Qué?
— Pregunté si te consideras su madre, ¿Crees eso?
— Sí.
— ¿Sabes que tipo de personas son las que más odio en este mundo? Las personas que te dañan, te lastiman y luego fingen preocuparse por ti... Dios son tan detestables. —César de un solo tirón arrojó todas las fotografías al piso ocasionando un fuerte golpe, recordando el día de ayer cuando había visitado su casa y ser espectador de aquella escena, de un padre orgulloso de su hijo.— Es extraño, quiero conocerlo pero al mismo tiempo comienzo a odiarlo ¿Qué significa eso? Bueno, sea como sea estoy molesto con Lucas así que destruiré esa imagen que tiene de ti, quizás eso me haga sentir mejor.
Sin decir más César salió de la casa rumbo a la casa de la familia Miranda, cuando caminaba hacía el paradero fue detenido por un fuerte agarre por parte de la señora Martha quién se aferró a él con todas sus fuerzas entre lágrimas.
— Él no merece ser lastimado, eres su hermano ¿Como puedes pensar en-
— Suéltame, maldita roba niños. —Al intentar deshacer el agarre de la señora no pudo conseguirlo, harto de la situación la empujó a un lado para poder continuar con su camino pero no midió la fuerza ejercida o mejor dicha no había anticipado del lugar en el que se encontraban. La señora Martha cayó sobre una gran roca, quedando boca arriba sin poder moverse.— Puedes considerarlo el karma divino. —César era consciente que debía llamar a una ambulancia o buscar ayuda, pero no tenía planes de hacer eso y simplemente se quedó mirando a la señora quién dejó de moverse al pasar varios minutos.—
Poco a poco los verdaderos colores saldrán a resurgir.
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••• Golden Boy •••
Teen FictionAl haber sido separados al nacer, dos hermanos gemelos se vuelven a reencontrar años después. Infancia, adolescencia y principio de juventud completamente diferentes, la hermandad es algo primordial y no existe un mejor amigo más que un hermano; sin...