Conociendo a Dee (Primera Parte)

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Merodee es muy guapa - pensó Sportacus mientras ayudaba a Betsy a arreglar su valla -. Pero, ¿qué dices? Es una chica muy guapa, ¿y Stephanie?

El héroe pensaba en Merodee y su increíble musa. Pensativo, Sportacus se hizo daño en el pulgar con el martillo.

- ¡JODER!

Inmediatamente, se cubrió la boca por haber soltado una grosería enfrente de una señora. Por su parte, a Betsy, que estaba tumbada en su hamaca, le resultó gracioso la reacción del joven.

- ¿Estás bien, Sportacus?

- Sí, no ha sido nada.

El héroe se puso nervioso, no sabía en qué pensar si en Merodee o en Stephanie.

Merodee es una chica muy bonita, dulce, amable y simpática. Merodee es una chica muy bonita, dulce, amable y simpática. Merodee es una chica muy bonita, dulce, amable y simpática... ¡BASTA YA!

El joven dejó a un lado el trabajo y le pidió a Betsy usar su cuarto de baño. La secretaria del alcalde le dio permiso y él fue lo más rápido posible al lavabo.

Aquella mañana, Merodee y Sportacus se habían conocido por primera vez.

- ¿Y de dónde eres? Nunca te he visto por aquí.

- Soy de Illinois, y estoy de vacaciones para ver a mis tíos y a mi primo.

- ¿Y Stingy es tu primo?

- En efecto.

- Me resulta bastante curioso, la verdad - Sportacus se sorprendió al escuchar su nombre -. Nunca supe que Stingy tuviera más familia.

Merodee se rió y la dulzura de aquella risa cautivo a Sportacus por completo. Algo dentro de él estalló en mil pedazos. El joven estaba empezando a sentir algo por la chica del pelo castaño.

- ¿Y qué edad tienes Sportacus?

- Tengo 38 años.

- ¿Si? - Merodee alzó una ceja acompañado con una sonrisa pícara y, acto seguido, se mordió el labio superior - Yo tengo 27 años.

- Vaya - el héroe sonreía como un estúpido -, por fin conozco a alguien no tan joven.

- ¿Cómo?

- Quiero decir, la mayoría de los chicos que conozco son adolescentes menos Betsy y el alcalde. Me alegro de haber encontrado a alguien que sea un adulto joven.

Merodee volvió a reír y su mano delicada tocó el antebrazo de Sportacus. Ante aquella muestra de afecto, el héroe se sintió vulnerable.

- Que gracioso eres, Sporty.

La mirada inocentona de Merodee, su suave voz y su risa delicada acompañado de una sonrisa bonita, causó un efecto de choque en el corazón de Sportacus.

Sporty

Sporty, aquella palabra lo dejó de piedra, le gustó que le llamara así. Merodee se extrañó y empezó a pasar su delicada mano por su brazo hasta tocar la parte de su zona pectoral.

- Te gusta mucho el ejercicio, ¿verdad?

Sportacus tragó saliva y asintió con la cabeza.

- ¿Qué te pasa, Sportacus? - Dee tenía una mirada muy dulce - ¿Me tienes miedo? O, simplemente - se acercó a él susurrando en su oído -, ¿no te parezco atractiva?

- Eres muy guapa, Mero.

La chica movió la siguiente pieza de su ajedrez, abrazó al héroe.

- ¿Seguro que lo soy para ti?

Sportacus la abrazaba sintiendo su calor corporal y el olor a cereza de su pelo. No quería soltarla.

- Eres muy guapa, Mero.

Volvió a decir el joven. La chica se alejo de él con una sonrisa dulce.

- Nos vemos, Sportacus. —Dijo Merodee acariciando el antebrazo de Sportacus.

- Claro.

Fue lo último que él pudo pronunciar sin quitar su vista de ella.

Sportphanie IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora