Intimidad

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Ambos se besaban con pasión y el útero de la pelorosa gritaba cada vez más.

- Sportacus - ella tocaba la zona pectoral del héroe -, házmelo ahora.

- ¿A...ahora? - preguntó nervioso - ¿Segura?

- Claro, tonto.

Stephanie empezó a reírse y su risa contagio al héroe.

- Está bien.

Seguían besándose y antes de tumbarse, Stephanie se quitó el vestido mostrando su cuerpo en ropa interior al héroe. Este no comentó nada solo observaba atontado el cuerpo de una diosa. Ella se quitó el sujetador mostrando sus pechos.

- Aún están esas cicatrices, pero...

- Me gustan - le interrumpió Sportacus -. Son preciosas.

Él se quitó la toalla y Stephanie puso los ojos como platos.

- ¿No...no te gusta? - ella le daba vergüenza confesarle que nunca había visto el aparato reproductor masculino, por lo que Sportacus se lo imagino - Nunca se lo has visto a ningún chico, ¿verdad?

La joven negó con la cabeza. Al héroe le resultó tierno ese gesto de su musa. Como última reacción antes de pasar a la acción, Stephanie se quitó las bragas enseñando su sexo. Sportacus no comentó nada, le resultaba atractivo el cuerpo de su chica.

Ambos se tumbaron en la cama.

- ¿Tienes un...?

- ¿Preservativo?

Stephanie afirmó con la cabeza y él le respondió que sí. En su mesita de noche, en el segundo cajón, sacó uno y se lo puso.

Sportacus acarició las piernas de su chica besando sus rodillas y luego separándolas suavemente. Si te duele mucho, dime qué pare y lo haré, le susurró al oído. Stephanie le respondió: está bien.

Sportacus la besaba en el cuello, mientras su miembro entraba en su cueva húmeda. Aquella entrada hizo que ella soltase un grito de placer.

¿Te ha dolido mucho? ¿Quieres que lo deje estar?, Sportacus se sintió mal por si la había lastimado en su primera vez, pero la respuesta de Stephanie fue: no quiero que pares.

Sportacus continuó penetrando a su chica causando que, cada tres segundos, Stephanie gimiera más fuerte. Los movimientos de cadera del héroe iban con más fuerza. A su chica no le daba tiempo de «coger» un respiro entre penetración y penetración.

- ¡SPORTACUS! -Gritó Stephanie arañando su espalda.

Él le sujetó los brazos siguiendo con sus movimientos de cadera. En un principio fue algo brusco con ella, pero paso a ser más suave e ir muy lentamente.

El joven soltó los brazos de su chica y ella volvió a abrazarlo.

- ¿Te duele?

- Un poco.

- ¿Quieres que pare?

- No.

Sportacus volvió a ser brusco con sus movimientos e hizo gritar a Stephanie quien apretaba sus piernas en los costados de su chico. El orgasmo estaba a punto de llegar. Stephanie araño de nuevo la espalda del héroe haciendo que este le mordiera su cuello.

Stephanie sintió una cascada en su zona íntima, mientras que Sportacus estaba a punto de correrse dentro del preservativo. Lo único que hacía el chico era susurrar el nombre de su novia hasta que gritó:

- ¡STEPHANIE!

Aquel grito de satisfacción y orgasmo agotó al héroe. Stephanie seguía apretando sus piernas en la zona de sus costillas, mientras él le daba besos en su mejilla y cuello.

- ¿Te ha dolido mucho?

Sportacus estaba agotado, pensaba que le había hecho daño a su chica al ser tan brusco haciéndole el amor.

- Sporty - sonreía Stephanie -, al principio me ha dolido un poco, pero luego ha sido intenso y placentero.

Él la besó. La lleno de besos en su rostro y cuello. Stephanie solo lo abrazaba sin quitar su sonrisa de la cara.

Sportphanie IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora