Sportphanie II

Pensamientos

Miércoles, 14 de abril de 2004.
Aún queda una semana para las fiestas de Lazytown. Tío Milford ha ordenado que vayan decorando la plaza principal de la ciudad. No estoy muy emocionada por las fiestas, todavía sigo pareciendo de insomnio por culpa de las pesadillas. ¿Quién quiere matarme? No sé cuál es la respuesta.

Stephanie se puso a pensar y recordó a Sportacus y a Merodee.

La prima de Stingy ha llegado a la ciudad, creo que a Sporty le gusta. No le juzgo, ella es una chica muy guapa y más mayor que yo. Tal vez, eso sea bueno para él, estar con una chica no tan joven como yo. Por otro lado, le confesé que quería hacer el amor con él, pero todo acabo en una discusión tonta. Hecho de menos a mi Sportacus...

Aquella última frase hizo llorar a Stephanie. Ella quería a su héroe, pero la llegada de una nueva chica había torcido el camino porque el apuesto salvador se sentía atraído por aquella joven.

¿Por qué tuve que nacer tan tarde? Tal vez, si no tuviera 18 años y fuera un poco más mayor lo nuestro no se vería con malos ojos.

Stephanie se intentó calmar limpiando su rostro con su camiseta y mirar por la ventana.

Cuando Merodee abandonó la nave, el silencio se apoderó del hogar del héroe. Tanto silencio le pasaba factura a Sportacus. Le gustaba que no hubiera ruido, pero a veces el silencio se convertía en un arma letal.

¿Y ahora qué? - se dijo a sí mismo mirando al vacío - He tenido la oportunidad de desahogarme con Merodee, de desfogar toda mi energía con ella haciendo que gimiera como una loca. Hubiéramos estado toda la noche haciéndolo, bueno... casi toda la noche. ¿Por qué Stephanie? ¿Por qué no te alejas de mi? ¿Por qué permaneces en mi cabeza?

Sportacus se fue a su cama, solo quería sentarse antes de derrumbarse por completo.

¿Por qué?

El por qué era lo que más retumbaba en su cabeza necesitaba un descanso de todo. Por lo que, considero la decisión de estar un día sin ayudar a nadie, cogió el cristal que llevaba en el escudo de su pecho y lo guardo en el cajón de la mesita.

Qué el mundo me olvide por un día.

Sportacus se fue a la ducha para lavar su cabeza de malos pensamientos. Hasta el viernes por la mañana no volvería a retomar su función de héroe salvador, quería descansar.