Ahora no, ¿o sí? (Primera Parte)

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Sportacus acompañó a cada uno de los chicos a su casa. Tenía miedo de que algo les pudiera suceder. Por desgracia, ver aquel cadáver colgado boca abajo desde un árbol no era maravilloso.

- ¿Y ahora qué pasará? - preguntó Trixie antes de entrar en su casa - Me apetecía un montón subir al tren de la bruja y menuda atracción hay montada en el lago.

- La policía le tendrá que decir algo a mi tío - afirmó Stephanie -, pero presiento que las fiestas han terminado.

- Menuda mierda - gruñó Trixie -, yo quería un poco de diversión.

- Y la tendrás encanto - dijo Sportacus mientras que las chicas se quedaron extrañadas por lo de encanto -, solo que ahora nos hemos topado con esa desgracia y tendremos que esperar haber que dicen.

Trixie suspiró maldiciendo por dentro a aquella persona que había asesinado a uno de la pandilla de White. Sin ese suceso, tal vez las fiestas seguirían en pie. La chica se despidió de la pareja y entró en su casa.

Sportacus acompañó a Stephanie a su casa. El camino era corto, a unos cinco o seis minutos entre ambos hogares.

La pareja no decía absolutamente nada. A Stephanie no le apetecía hablar después de lo que había visto al igual que el héroe, pero debían romper el hielo.

- Hace bastante frío.

- La verdad es que sí.

La respuesta de Stephanie era tan seca que necesitaba ser regada por el océano.

¿Podrías decirme algo? ¿Por favor? ¿Y a qué ha venido con lo de encanto a Trixie?

Sportacus se estaba empezando a mosquear, odiaba que la pelorosa fuera tan seca con sus respuestas.

Al llegar al portal, ambos se miraron.
Sportacus, pese a qué lo sucedido en la zona del lago le había dejado con «mal cuerpo» al igual que a los chicos, miraba de vez en cuando de reojo a Stephanie. Quería probar a Stephanie.

En el portal, ella le agradeció por haberla acompañado.

- Siempre estoy aquí para ayudaros, es mi deber como héroe.

- Lo sé, Sporty.

Stephanie recordaba las dos ocasiones en que vio a Merodee bajar de su nave.

- Sportacus - dijo la chica -, ¿Merodee y tú estáis saliendo?

¡Mierda! ¿Por qué mi hermano se acostó con esa zorra de Dee?

Stephanie al ver que el héroe tardaba bastante en darle una contestación le sonrió como acto de gratitud por haberla acompañado.

- Si no quieres responder porque te ha molestado o incomodado la pregunta, lo entiendo - confesó ella -. Solo quería comentarte que hacéis buena pareja tú y Merodee.

- Merodee no es mi novia, nena.

- Vale.

La chica se rasco la nuca, se despidió de Sportacus y se metió dentro de su casa.

Te odio.

Es lo que pensó la joven a pesar de no haberle dicho nada más al héroe.

Sportphanie IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora