Desaparecido (Primera Parte)

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- Chicos - dijo Pixel -, la ambulancia se lleva a Stephanie al hospital.

- ¿Qué le ha ocurrido? —Preguntó Ziggy.

- No lo sé, pero Sportacus está discutiendo con Rotten y parece que no va a acabar muy bien.

- Pues vamos - comentó Trixie -, no vaya a ser que Sportacus le golpee.

Los chicos se dirigieron a donde se encontraban el héroe y el villano en medio de un acalorado debate. Se encontraban apartados de la plaza y de la aglomeración de las personas.

- ¡Te estoy diciendo que ella se ha tropezado conmigo, me ha pedido disculpas y solo le he respondido que tuviera cuidado! - Robbie estaba perdiendo los papeles - ¡Y al verme ha empezado a balbucear y se ha desmayado!

Sportacus intentaba tranquilizarse, a pesar de querer golpear al flaco de Rotten.

- ¡¿Y por qué se ha desmayado?!

- ¡NO LO SÉ! ¡¿ACASO ESTÁS SORDO?!

Pixel se entrometió entre ambos adultos y Stingy intentó apaciguar las aguas.

- ¡¿Os podéis calmar un poco?!

La que padecía que iba a perder los papeles era Trixie. Mientras, el héroe se tranquilizó cubriéndose su rostro con sus manos y Robbie necesitaba un refresco para calmarse.

- Stephanie está de camino al hospital, por lo que - Pixel pensaba que palabras eran las más adecuadas para usar en la conversación -, más tarde podemos ir a verla. Seguro que no es nada grave.

- ¿Yo me puedo ir?

Robbie preguntó con los brazos cruzados mientras miraba fijamente con cara de rabia a Sportacus.

- Puedes irte, Robbie.

- Gracias.

El villano se marchó a su cueva. Por su parte, el héroe se frotaba los ojos y pensando sobre lo que le había confesado el delgaducho. Necesitaba estar a solas.

- Chicos - dijo Sportacus -, yo me voy a la nave. Ya nos veremos.

El grupo se despidió del joven. Para quitarse de encima la tensión, los chicos decidieron ir a la tienda cerca del ayuntamiento.

- ¿Compramos golosinas en forma de tiburones? —Preguntó la pelinegra.

El único que le respondió entusiasmado fue Ziggy que le respondió con un rotundo.

De camino allí, Stingy se percató de Dolph quien iba con un moratón en la boca y una cicatriz reciente en su lado izquierdo cerca de su frente.

- Parece ser que alguien le ha dado una buena lección a ese danés - Ziggy había observado su aspecto -. Me sorprende que siendo tan alto le hayan atacado de ese modo.

- Por desgracia, los más altos son los que reciben más palizas por parte de grupos de cinco y diez chicos, ya que de forma individual es imposible derrotarles. —Añadió Pixel.

Dolph también iba en dirección a la tienda y observó a Stingy junto con sus amigos. Por lo que, el danés dejó de andar y espero a que ellos pasasen.

- Hola Dolph. —Dijo el pijo.

- Stingy, ¿podemos hablar a solas?

Trixie se puso nerviosa, no quería dejarlo solo con aquel grandullón.
El pijo aceptó y les comentó a los chicos que se verían en la tienda.

Una vez que el grupo se largó, Stingy y Dolph se quedaron a solas.

- ¿Qué necesitas?

- ¿Has visto por casualidad a mi primo, Roger?

- No, la verdad, ¿por qué?

- Desde que te fuiste con aquel hombre, no he vuelto a ver nada de Roger.

- ¿No fuisteis juntos a casa?

- Cuando Roger está cabreado prefiere estar solo y es lo mejor, tanto para él como para los demás.

- ¿Y no sabes si llegó a casa?

Dolph negó con la cabeza.

- ¿Y sus amigos de la pandilla?

- Tampoco se nada de ellos.

- ¿Nada? - Stingy se quedó extrañado, sin embargo, recordó aquella figura que vio entre los árboles - Dolph, ¿Roger te golpeó?

Aquella pregunta puso nervioso al danés, y su respuesta fue negar con la cabeza.

Sportphanie IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora