Intento de fuga (Segunda Parte)

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- Ya he llegado - Dee entró con dos bolsas bien cargadas dejándolas encima de la mesa -, ¿os habéis portado bien?

- ¡Vete al cuerno, Merodee! —Le gruñó Robbie.

La chica le ignoró rodando los ojos. Saco unas galletas y se las lanzó a la jaula de Robbie. Este al verlas, dentro de su nuevo hogar, comenzó a devorarlas. Qué delicia, se dijo a sí mismo.

Merodee se acercó a Sportacus y le dio un plátano. El héroe la miró con desprecio, pero sacó una sonrisa porque debía ser amable con ella si quería salir de esa jaula.

- Cómetelo - le dijo Dee -, espero que sacie tu apetito.

- Lo que calmaría mi apetito sería mamar de tus pechos.

Dee se sorprendió ante la respuesta directa de él. Le entró la morbosidad en su podrida mente.

- ¿Quieres probar mis pechos? Kökō ya los ha probado y le gustan mucho.

- Lo sé - respondió Sportacus -, os oigo de noche. Bueno, más bien, os veo de noche.

- Uy uy uy - Dee estabas teniendo ganas de acostarse con él -, eso está muy mal Sportacus. ¿No crees que eres un poco mirón?

- Observé como Kökō te puso de perrito y por lo que vi en tu rostro querías gritar, pero no podías. ¿Por qué?

- A tu hermano no le gusta que grite. Es una pena.

Merodee abrió sus piernas mostrando su ropa interior. El héroe miró las bragas de la chica y continuó comiendo su almuerzo.

- ¿No? - preguntó Sportacus - Cuando traía chicas a casa gritaban como locas. A Kökō le gusta que sus «nenas» griten.

Merodee se puso en pie. Mientras el héroe se comía tranquilamente el plátano, la chica del pelo castaño sacó de su escote la llave y abrió su jaula.

- Sal - le dijo - y hazme gritar.

- Como quieras.

Sportacus terminó de comer la fruta. Salió de la jaula y empezó a besarla. La tumbo sobre la gavia, rompió la camiseta de la parte de arriba para besar su escote. La chica empezó a gemir y Sportacus aprovechó la ocasión. De un golpe tiro a Merodee al suelo dejándola inconsciente, arrancó la llave de su escote y se la lanzo a la jaula de Robbie.

- ¡La llave!

- Deja de comer las galletas y sal de una vez.

Sportacus ató a la chica de pies y manos con una cuerda que había visto. Por su parte, Robbie se bajó de la jaula cayendo al sofá anaranjado.
El héroe se quitó la camiseta, tenía el abdomen lleno de moratones al igual que la espalda. En el suelo, vio una camisa que era de su hermano, la cogió y se la puso.

- ¿Ahora qué vas a hacer? - preguntó Robbie comiendo sus galletas - ¿Y yo que hago con esta tía?

- Voy a ir a por Kökō - respondió con firmeza él -, llama a la policía, que se la lleven.

- Pero no sabes dónde está tu hermano.

- Seguramente estará con los chicos.

- ¿Y si se encuentra con Stephanie en tu nave?

Aquella pregunta le hizo dudar a Sportacus. Conociendo a Kökō, seguro que la nave no está flotando, se dijo a sí mismo el joven.

- ¿Qué vas a hacer? —Preguntó Rotten tras acabarse con su paquete de galletas.

- Preguntarle a ella.

Sportacus miro a Merodee que yacía sobre el suelo inconsciente.

- Seguramente, ella sabe donde puede estar mi hermano.

Sportphanie IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora