- Paso de discutir contigo - dijo Sportacus -. Paso, Stephanie.
La chica le preocupaba su comportamiento. Nunca antes le había visto reaccionar de esa manera, tal vez, había algo dentro de él que no funcionaba correctamente.
- ¿Seguro que estás bien, Sportacus?
El hombre suspiró sin mirar a la chica a sus apreciados ojos. Él quería estar solo.
- Me puedes dejar terminar el trabajo, ¿por favor?
Stephanie afirmó con la cabeza y se dirigió a su habitación. Sintió un dolor en su pecho y las ganas de llorar la devoraban por segundos.
¿Y ahora qué le pasa? ¿Acaso he hecho algo mal? ¿Está molesto porque no lo hemos hecho?
Stephanie se tumbo en su cama y se puso a llorar. La tristeza se apoderó de ella tomando el control de su mente. Limpio su rostro con un cojín y se puso a mirar el techo de su habitación. Se ahogaba en sus pensamientos y el dolor en su pecho apenas la dejaba respirar.
De pronto, Sportacus tocó la puerta.
- Stephanie, ¿puedo entrar?
La chica le dio permiso y él la abrió.
El joven observó que Stephanie se incorporo para sentarse en el borde de la cama con los ojos rojos al igual que su bonita nariz.- He terminado el trabajo.
- Está bien, cuando venga mi tío se lo contaré.
- Stephanie, nena - él entró en la habitación de la chica sentándose a su lado del borde -. Solo he tenido un mal día.
Sportacus puso su mano en el muslo de su musa. El tener un mal día era falso, él pensaba en Merodee y en su atractivo físico y aquella sonrisa tan dulce como el néctar.
- ¿Seguro que has tenido un mal día o es por qué no podemos hacer el amor?
- Lo del amor, lo haremos cuando tú estés preparada Merodee.
- ¿Merodee?
Stephanie se levantó de su cama y Sportacus hizo lo mismo.
- No has tenido un mal día - dijo Stephanie con tono de rabia -, la has conocido y te gusta, ¿me equivoco?
Aunque la pelorosa había visto a la prima de Stingy solo de lejos, aquella mujer era muy atractiva y tenía un aspecto muy dulce. Mientras, Sportacus no abrió la boca para nada, solo la miraba a ella.
- ¡Respóndeme maldita sea!
- ¡Sí! - contestó él -, había hablado con ella está mañana y me ha parecido una chica muy interesante. Además, no me llevo tantos años con ella.
- ¿Es por el tema de la edad?
- Tal vez.
- Bueno - Stephanie hizo una mueca de disgusto -, entiendo que te fijes en alguien más cercano a tu edad. Esa chica es muy guapa.
Ambos se quedaron en silencio.
Stephanie empezó a sentir dolor en su estómago por el disgusto que estaba teniendo, sin embargo, Sportacus se rascaba la cabeza deseando salir de la casa del alcalde y regresar a su nave.
- ¿Y ahora qué?
- ¿Qué quieres hacer?
La pelorosa se mordía las uñas de forma superficial.
¿Qué quiero hacer? Respóndeme tú.
Sin ninguna contestación de por medio Sportacus regresó al salón para recoger el material que había dejado al suelo, dado que no era su casa y debía limpiarlo todo.
Stephanie le ayudó recogiendo los cartones una vez que el héroe guardó las brochas y la pintura.
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Sportphanie II
FanficSegunda parte de Sportphanie. Durante sus cinco años en coma, Stephanie «regresa» a Lazytown con vagos recuerdos de su sueño. Sin embargo, la presencia de una nueva chica pondrá patas arriba la relación entre Sportacus y Stephanie junto con la prese...