Viernes de locos y pelea (Segunda Parte)

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¿Merodee con Sportacus? Bueno, lo confieso, la prima de Stingy es una chica muy atractiva. Se le ve madura. Normal, no es una cría como yo. Tal vez, si dejo de un lado el rosa y uso otro tipo de ropa pueda gustarle a Sportacus... Pero, ¿qué estoy diciendo? ¿Acaso no he visto como esa joven bajaba de la plataforma de su nave? ¿Eres ciega o simplemente no quieres aceptar que a Sportacus ya no le gustas?

Stephanie dibujo una carita triste en su cuaderno. El horrible sentimiento de la tristeza se había apoderado de ella.

El timbre dio paso a la finalización de la clase. La pelorosa recogía sus materiales y el chico alto y rubio se acercó a ella.

- Hola Stephanie.

- ¿Qué hay, Dolph?

- Me jode bastante esto - el danés empezó a rascarse la nuca -, pero está tarde no puedo quedar. Me ha salido un compromiso personal y hoy me viene mal.

- No importa - respondió ella con una sonrisa -, otro día podemos quedar.

Dolph sonrió pese a qué la pelea que se tendría lugar cerca del lago le había sepultado sus planes con la chica que le gustaba. El danés tenía planeado evitar la pelea a toda costa y que nadie resultase herido, sin embargo, conociendo a su primo al dedillo habría navaja de por medio.

La hora se estaba acercando a su fin. Stingy caminaba con seguridad, siempre lo hacía, su padre se lo aconsejó a la edad de 12 años.

Jamás agaches la cabeza, Stingy, porque después de tu nombre va mi apellido.

Aquella frase que le dijo su padre la tiene grabada a fuego en su cabeza.

El lago Weghers se situaba a las afueras de Lazytown. Solía ser un lugar muy turístico, pero con el cambio del nuevo alcalde el lago se prohibió a cambio de celebrarse las fiestas en la ciudad durante dos semanas.

La niebla se hacía denotar entre los árboles altos y los sauces llorones que habían cerca del lago. No era muy espesa, pero con el paso del tiempo los rivales apenas se podrían ver bien. Stingy llegó al lugar que había acordado con Roger, cerca de la tabla de madera que usaban los niños para correr y darse un chapuzón en el agua.

De pronto a sus espaldas se oyó un silbido, el chico se dio la vuelta y vio a uno de los secuaces de Roger, Jackie. Un rubio de 1'80 con el pelo largo y una cicatriz en la ceja izquierda por culpa del botellazo que le soltó el violento de su padre un buen día sin más.

- Hola Jack.

- ¿Cómo estás, Stingy?

- Estoy bien, gracias. ¿Y tú?

- Muy bien.

Aquel chico no iba al instituto. Trabajaba en el taller de coches que había cerca del hospital de la ciudad. Se dejó los estudios para poder ayudar a su madre, ya que su padre lo abandonó después de haberle golpeado hasta casi matarle.

- ¿Tienes miedo?

- El miedo es una palabra cuyo significado nunca seré yo.

- Me gusta tu actitud, pijo - dijo Jackie y le hizo una señal de que Roger ya estaba llegando -. Por ahí viene el resto de la banda.

Roger, junto con su primo Dolph a su izquierda y su fiel amigo Michael a su derecha, sonrió al ver al chico que fue considerado su mejor amigo desde hace más de cinco años.

- Stingy, me alegro de verte.

- Por desgracia, el placer no es mío.

Dolph dio un paso hacia delante posicionándose en el medio entre su primo y su rival.

- Las normas ya las sabes Stingy - dijo el danés seriamente -. Nada de navajas, nada de patadas en la entrepierna y el que pierda se le echa al agua. Y otro punto que añadir, en caso de que venga la pasma la pelea se acaba, ¿entendido?

- ¿Roger lo ha comprendido?

- Él sí, ¿y tú?

- Yo también.

Dolph se ausentó dejándose notar a un lado. La pandilla de Roger había firmado un círculo grande para que los rivales pudieran pelear mejor.

Roger al igual que Stingy se quitaron la chaqueta.

- Cuando marquen las 17:45 la pelea empezará. —Dijo uno mirando su reloj.

- ¿Tienes miedo, Stingy?

- No. —Respondió el chico.

- Son y 45, ¡qué empieza la pelea!

Sportphanie IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora