¡TÍRATE AL AGUA! (Segunda Parte)

28 2 4
                                    

Robbie y Stephanie tenían atados en sus tobillos aquel trozo de tronco pesado. Ambos miraron a Kökō cogidos de la mano deseando que el chico no les dijera de saltar.

Kökō no dijo nada solo veía con una sonrisa de satisfacción a su hermano gemelo.

- Tal vez, nos libramos - le susurró Robbie a Stephanie -, porque...

- ¡SALTAD!

La pareja se miró por unos segundos. Stephanie le sonrió al villano, pero a este ni una lágrima le salía.

- ¡¿Por qué esperáis tanto?! ¿No sabéis saltar? ¡SALTAD!

Ambos lanzaron el pedazo de tronco y, acto seguido, ellos.

Kökō observaba que la furia y el dolor aparecían reflejados en los ojos de su hermano. Pese a que la pareja había caído en el agua tocando el fondo del lago, el cual no era muy profundo, Robbie se desató la cuerda de su tobillo e intentó quitárselo a Stephanie.

Ella se empezaba a ahogarse e intentó ayudar al delgaducho para quitar la cuerda de su tobillo, pero no podían.

- ¿Y ahora qué, Kökō?

- ¿No estás feliz?

Sportacus vio que el semblante de su hermano había cambiado, ya no se reía ni sonreía, mostraba una tristeza tan profunda que ni el héroe supo como reaccionar.

- ¡¿ESTÁS FELIZ?! 

- ¿Feliz de enviar a Stephanie y a Robbie de morir ahogados en el lago? Por Dios, Kökō, ¿cómo me voy a poner alegre de matar a dos personas?
No tendré una buena relación con Robbie, pero eso no significa que deseo verle morir ni tampoco a Stephanie. Ella es la única chica que me pueda comprender en esta maldita ciudad, me llevaré veinte años de ella, pero no quiero perderla.

- Lo sé - respondió Kökō riéndose y llorando a la vez, mientras que Robbie intentaba deshacer el nudo en el tobillo de Stephanie -, cuando la vi supe que ella era lo más preciado para ti. En esta ciudad es para volverse uno loco de remate. Recuerdo cuando los ayudaba a todos, y todavía recuerdo al flaco de Robbie y su amiga Merodee. Está ciudad, Sportacus, está muy podrida y es horrible. Pero el tiempo pasa y todos aquellos que no me dieron ni las gracias cuando les echaba una mano o se han muerto o están a punto de morir.

- Siempre fuiste un gran héroe en Lazytown, número 9.

- Un héroe jamás mataría a nadie por mera diversión, ya lo habías dicho antes. Soy un jodido monstruo.

Sportacus quería quitarle el cuchillo a su hermano y este lo sabía. Le ofreció coger el arma y acabar con él.

- Mátame.

- ¿Cómo?

- ¿No querías matarme? - Kökō había perdido su sentido de vivir - ¡HAZLO!

Sportacus no supo cómo reaccionar, la chica que más quería se estaba ahogando junto con el villano de la ciudad. 

Kökō, al no presenciar una respuesta por parte de su hermano, se acercó a él para besarlo. Siempre te he querido, Sportacus, le susurró.

Kökō supo que la guerra la había perdido con todo el caos que había causado; el haberle seguido la corriente a Merodee y el hecho de haber regresado a Lazytown tras escapar de la cárcel en la que estuvo once años metido por las violaciones y asesinatos a varias menores en otros condados.

El joven se alejó de Sportacus y con el puñal se lo clavó en su pecho cayendo de rodillas y, acto seguido, tumbado bocabajo.

- ¿Kökō? - Sportacus le dio la vuelta a su hermano. Ya estaba muerto con el cuchillo clavado en su pecho - ¡STEPHANIE!

Sportacus saltó al agua. Nadó hasta llegar al fondo donde Robbie le hizo señales de que la cuerda no se la podía desatar a Stephanie. La chica no reaccionaba.

Con fuerza, Sportacus deshizo el nudo y se lo desató. Los tres subieron a la superficie.

El héroe le realizó los primeros auxilios para poder salvarle la vida. En cambio, Robbie se dio cuenta del cadáver de Kökō.

- ¡ESTÁ MUERTO!

Sportacus continuó con el boca a boca a Stephanie hasta que ella expulsó toda el agua que había tragado. La puso de inmediato del lado derecho para que la escupiera toda.

- Gracias, Dios. —Dijo el héroe tumbándose a un lado.

- Sportacus...

La pelorosa tocó el rostro del hombre que tanto quería.

Sportphanie IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora