¡¿DÓNDE ESTÁN?!

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En la cueva, Merodee abrió los ojos desorientada por el golpe que había recibido por parte de Sportacus. Estaba sentada en una silla.

- ¿Dónde están Kökō y Stephanie, Merodee? - preguntó el héroe - ¡¿Dónde?!

- No te lo voy a decir, Sportacus - respondió ella -. Si te lo digo, tu hermano me ma...

El héroe harto de todo lo que le estaba pasando, cogió a la chica del cuello intentando asfixiarla para sacar una respuesta.

- ¡No me toques las narices, Dee! ¡¿DÓNDE ESTÁN KÖKŌ Y STEPHANIE?!

La chica apenas podía articular palabra, Sportacus la estaba ahogando a ver si así se animaba a contar lo que sabía.

- ¡Sportacus! - le gritó Robbie - ¡Si la ahogas, despídete de Stephanie!

- ¡YA LO SÉ! ¡¿VALE?!

Con rabia, el héroe la tiro al suelo. Merodee intentaba coger todo el aire que podía.

- ¡Merodee! - habló Robbie - Di dónde se encuentran ellos dos, ¡AHORA!

- Está bien - respondió ella -, tu nave se encuentra a unos pocos kilómetros del lago. Seguramente, Kökō se haya llevado a tu querida Stephanie a la nave o al lago. Suerte si no la ha matado ya.

Aquello último que dijo, ella escupió en el suelo como acto de desprecio y asco hacia una misma persona.

Sportacus la observó con rabia, pero decidió ir a por su hermano y no perder más tiempo. Antes de irse miró a Robbie quien se quedaba en el lugar.

- ¿No vienes, Robbie?

- ¿Y dejarla sola? - respondió con ironía el delgaducho - ¡Ni de coña, Sportacus! Vete que yo tengo una cuenta pendiente con esta malnacida.

- Está bien.

Sportacus se fue lo más rápido posible a su nave, tenía que salvar a Stephanie del psicópata de su hermano. Mientras, Robbie se quedó a solas con Merodee.

- ¿Y ahora qué vas a hacer, flaco?

- Llamar a la policía.

Merodee se mofo ante aquella respuesta.

- ¿Y que les vas a decir? Hola soy Robbie y hay una mujer en mi casa blah, blah, blah y blah. No me hagas reír pedazo de inepto, me duele el rostro por culpa de ese imbécil de Sportacus, no creo que llegue a tiempo. Kökō es muy rápido y muy limpio a la hora de acabar con alguien, con el chico que le decapitó lo hizo de una forma tan impoluta que hasta a mí me sorprendió que lo hicie...

Para dejar de escucharla Robbie le pateo la cara tirándola al suelo de nuevo. Su nariz empezaba a sangrar.

- Cierra la puta boca, Merodee.

Sportphanie IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora