Capítulo 52

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♤El Inicio de el Olvido♤

Céline

Salgo de la oficina, observo a Elian da órdenes a diestra y siniestra mi abuelo lo observa con el ceño fruncido. Elian se gira y me observa me dedica una sonrisa sádica, se lo que significa - tu vas a ir con nosotros - toma mi cintura posesivo.

- ¿para que? - besa mi cuello.

- todos mueren en tus manos - me sostiene con fuerza con una mano, la otra mano está en su bolsillo - pero antes ajustaremos cuentas con alguien.

Sonrió, hace cuatro días recibí un golpe certero de parte Emily, hace cuatro días moleste a Elian con algo de nuestro pasado y... no lo recordó, traté de que lo recordara pero no... lo único que pudo hacer fue enfurecer.

Es difícil como cada día que pasa deja de verme de esa misma manera, lo único que me reconforta es que no olvida nada de los niños, su obsesión lo hace recordar el por qué se casó conmigo pero temo que algún día despierte y no recuerde por qué duerme conmigo.

Acaricio su mejilla, deja un beso sobre mis labios pero se aleja, tomo su mano y lo acerco a mi - no hagas eso - frunce el ceño, acaricia mi rostro - no me olvides Elian - se gira y todos salen de el gran salón, pega su frente a la mía.

- ya estoy trabajando en eso - besa mis labios, me pega a su cuerpo - talvez este te podrá olvidar - deja un dedo sobre su frente - pero este - lleva mi mano hacia su pecho - de ahí no te saca nadie - me vuelve a besar, me aferro a sus hombros besando sus labios, los besos bajan hacia mi cuello, suelto un jadeo, le quitó el saco, sonríe sobre mis labios - ansiosa - asiento desesperada.

Los sirvientes cierran las puertas, mete su mano por debajo de la falda, quito su camisa, siento los bultos de piel en su espalda - Elian - niega.

- ignoralos - me alejo.

- ¿quien te hizo eso? - frunce el ceño.

- ese es mi castigo por olvidar momentos a tu lado - me toma de la cintura - cada azote me recuerda que si te olvido lo único que merezco es el infierno - besa mi mejilla - las cicatrices que tu llevas internas por mi culpa yo las llevaré visibles, mi Dama no merece sufrir.

Tomo su rostro - no te castigues - susurro.

- me castigo por olvidarte - beso su cuello - me castigo por que no cumplí mi promesa, dije que nunca olvidaría a mi más grande tentación.

- estaré a tu lado - murmuró mientras lo abrazo - te amo.

Toma mi mentón - te amo maldita cursi - sonrió - cuando dejes tu lado sentimental me llamas y tenemos sexo - lo golpeo y sonríe.

Me acerca a su cuerpo - aunque podemos retomar todo justo donde lo dejamos - muerdo mi labio observándolo.

- tenemos cosas que hacer - paseo mis manos por sus brazos.

- cuatro horas son suficiente - niego - no es suficiente, y creí que yo era el adicto al sexo - toma mis piernas, me froto sobre su erección.

- te casaste con una ninfómana - muerde mi labio.

- y lo volvería hacer - me deja sobre el sofá - así como volvería hacer esto - sus besos bajan acomodándose entre mis piernas, quita mis bragas, las lleva a su nariz olfateando - que delicia - niego, deja besos húmedos en mis piernas.

Me recuesto sobre los cojines, siento su respiración sobre mi sexo - pidelo, ruega muñeca - muerdo mi labio.

- por favor cariño - roza su nariz sobre mi piel, me estremece - Elian no juegues más solo hazlo - sonríe ampliamente, el calor de su lengua llega a mi sexo, la pasea de arriba a bajo.

La Última Melodía (+21) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora