Capítulo 55

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El número 58♤

Céline

- te ves irreconocible - comenta Estefano mientras termina el maquillaje, sonrío observando mi reflejo en el espejo, la peluca roja cae sobre mi hombro, se ve tan real, con el corte y las ondas parezco otra, me maldigo por ser alérgica a los lentes de contacto siento algunas molestias, pero mis ojos quedan de un azul arrugó los labios prefiero el gris platinado de mis ojos, el vestido es largo, las tiras son muy delgadas.

El escote de mi espalda es lo que más atrae la atención, es de un color negro, tiene una abertura en la pierna derecha, se ciñe demasiado bien a mi figura, coloco los tacones, mi hermano entra a la habitación, el cabello rojizo me hace sonreír, recuerdo las misiones que tuvimos siendo los hermanos Otarola.

- miren que belleza - me da una vuelta, ajusto la camisa negra, de mi hermano, deja un beso en mi mano.

- ustedes son expertos en esto - nos observa Estefano - se vuelven irreconocibles.

Sonreímos inocentes, me entrega una caja roja hermosa - abrelo - sonrió.

Saco un liguero de cuero pero con unas cadenas llenas de diamantes, lo coloco en mi pierna la parte de arriba queda cubierta mostrando solo los diamantes, tomo mi arma y la dejo sostenida por el liguero, coloca el saco y observo como mete el arma en su cinturilla.

Me acerco a mis hijos - a la cama temprano - asienten - como los niños buenos que son - sonríen.

- si mami - dejo un beso en sus frentes, los gemelos duermen tranquilos. Mi hermano les da un beso a cada uno, salimos de la habitación.

Me ofrece su brazo lo tomo, caminamos por el pasillo, ambos somos alérgicos a los lentes de contacto - estas mierdas me molestan - señala sus ojos, gracias al maquillaje de Estefano, nos vuelve otras personas, ese hombre cambia las facciones en segundos.

Emmet observa mi anillo - colócate los guantes - lo hago oculto mi anillo.

Tomamos el ascensor justo cuando las puertas se van a cerrar, observo al pecado hecho hombre, mi marido, se ve jodidamente sexi con ese traje verde oscuro, ¡dios!, resalta su mirada y el color de su cabello.

Va tan bien peinado las puertas se cierran - vas a tener que evitar caer en su tentación - observo a mi hermano.

- Emmet donde hubo fuego tentaciones quedan - este se ríe.

- solo no lo veas tanto mujer - asiento.

Llegamos al salón justo al frente están los Wolf, Miranda me observa de arriba a bajo, Alisson y Devon Otarola son los mellizos más importantes en el mundo de los negocios, básicamente les robamos identidades a muchas personas importantes.

No se nos dificultó robar estas por que Emmet y yo somos mellizos, aunque los Otarola tienen un rasgo muy marcado y es su distintivo cabello rojizo, cosa que nos costó obtener, el cabello de estos hermanos es único el color rojo tan vibrante, se podría decir que tiene tonalidades anaranjadas es un tono muy raro.

Dejo que Alisson se apodere de mi, observo a Miranda de arriba abajo como solo los Otarola saben hacerlo, hay enemistad por que Alisson Otarola en algún momento de su vida llego a tener cercanía con Nicolaí Wolf.

Capto la mirada de mi suegro, es raro, me observa mientras me paseó tomada de él brazo de mi hermano saludando a todos - no comprendo por que Céline permite la estadía para los Otarola en sus hoteles - Sonrió escuchando los comentarios indignados de los Wolf.

- ¡Alisson! - Leticia se acerca animada, me abraza - mi bella Céline te reconocería en donde sea - susurra sobre mi oído, Leticia fue la primera mujer de mi abuelo ella hubiera sido la señora Koslov pero no le gustaba la vida de los militares.

La Última Melodía (+21) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora