Capítulo 27

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siempre hay giros inesperados♤

Céline

Observo a mis hijos - no pienso dejarte - tomo su brazo.

- Céline por una puta vez en tu vida hazme caso - niego - solo ponte a salvo, llévalos - no hay hombres que lo respalden, no tiene armamento - muñeca ve al granero confío en ti.

- Elian - las balas se hacen presentes.

- es su mundo o el mío - pega su frente a la mía - y ustedes son el mi mundo - besa mis labios - iré por ustedes, pero protege a nuestros hijos - las lágrimas ruedan por mi mejilla.

- te prohibo morir - le digo cuando ya me he quitado los tacones - esto es todo o nada y sin ti soy nada Elian - niega mientras suelta un suspiro, tomo las manos de mis hijos lea esta llorando la bala rozó su brazo.

- vamos preciosa - Elian se aleja disparando.

- mami me duele mucho - la tomo en brazos, corro con mis hijos, son 10000 metros cuadrados.

Las balas se hacen presentes, Lenna grita, me desespera ver a mis hijos con miedo, corro detrás de Lenna y Edrick, el peso de mi vientre y Lea me cansa con rapidez mis pulmones arden.

Edrick y Lenna se giran - ¡no vean hacia atrás! - veo la mirada de horror de Lenna.

Esta cae al suelo - vamos Lenna levántate preciosa - lo hace se pone de pie.

Los desvío de el camino, nos metemos entre los girasoles - mami ya no puedo seguir - habla mi hoja agitada.

Lea llora, Edrick me observa, me detengo su entrenamiento no da para tanto aún, se escuchan pisadas mi corazón late con fuerza, dejo a Lea en suelo con sus hermanos.

- shhh - Edrick ve hacia todos lados, capto el cuerpo de un hombre, uno de los trillizos se mueve y el ruido delata nuestro escondite, el hombre me ve - corran - los tres niegan - corran y escondanse - se ponen de pie cuando el hombre se acerca y me manda al suelo.

Mi cabeza se impacta con el suelo, me llevo las manos a la frente, desorientada, solo veo en la dirección que mis hijos corren, conocen el campo, eso me tranquiliza, me pongo de pie con dificultad, toco mi vientre.

- La Dama - saca una inyección - sabes están pagando demasiado por verte muerta.

- ni en mil vidas te lo concedo - se acerca y me golpea, mi puño se impacta con su mandíbula.

- fiera, me gusta - me enfurece, el hombre barre mis piernas con la suya, caigo sobre mi espalda, un dolor en el vientre me pone alerta.

El hombre toma mi tobillo y se sube sobre mi, toca mis piernas el recuerdo de lo que Kilian me hizo regresa a mi, no temo por mi, ya estoy jodida, temo por mis hijos por mis pequeñas, Edrick, y los pequeños que crecen dentro de mi - veamos que tanto me hace disfrutar La Dama de la mafia Rusa.

Entro en pánico, trago grueso, cierro los ojos con fuerza cuando se acerca a mi cuello, observo la mano en la que tiene la inyección, le doy un rodillazo, se dobla de el dolor.

- hija de puta - tomo su mano con fuerza y le quitó la inyección.

- dale saludos de mi parte - sin ningún remordimiento clavo la aguja en su cuello, abre los ojos de par en par luchando, vacío el líquido, mi pecho sube y baja frenético.

Los ojos de el hombre se cierran, pero los abre abruptamente, me alejo con temor, al ver los ojos blancos, por eso se han mantenido en silencio.

Ya lo tienen, ya pueden propagar la enfermedad x por eso quiere vivo a Elian, el es la única cura, me pongo de pie y corro.

La Última Melodía (+21) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora