Caída (parte 1)

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Erick

Camino jugando con el control de el auto entre  mis manos — si, ya voy para la casa, si Emmet te voy a acompañar para que hables con tu padre — frunzo el ceño.

— ¡que pasa!.

— shhhh — me giro cubriéndolo la boca a Zeus.

— ¡que! — susurra.

No le respondo me giro observando a Gretchen — si cielo — la sangre me hierve en segundos. Zeus nota mi gesto, observamos cuando sube a una de las camionetas.

— por que si aún lo amas no se lo dices Emmet — observo a Zeus.

— no lo amo — la peor mentira que he dicho.

— di lo que quieras pero tus ojos no saben mentir — ruedo los ojos.

— que me vas a decir tu que te enamoras cada nada —  se ríe.

— sabes Erick, yo también estuve indeciso sobre dos personas, bueno tres — ve el auto — la madre de mi hijo, Dalila y Mel, las tres tenían cualidades únicas pero solo una me hacía sentir, solo una me hacía reír a carcajadas, nunca busques algo que sea como tu, Misha es inmaduro y tu eres un inmaduro. Y los dos sabemos cómo va a terminar eso, Emmet es la madurez que necesitas.

Emmet es ese cable a tierra que necesitas, busca estabilidad, y busca eso que te devuelve el brillo y no que te lo robe — lo observo con atención — es mi primo, pero se reconocer lo que no vale, y Misha como tu pareja no va a ningún lado.

Me deja ahí de pie, frunzo el ceño observando lo que Céline me dejo, suelto un suspiro y subo a mi auto, conduzco por un largo rato, pienso en todo lo que me dijo Zeus — ¿como esta mi hijo? — escucho otras risas en la línea.

— hola Erick — ¿nani?.

— ¿qué pasa?, ¿por que mi hijo está contigo? — se ríe.

— preocúpate cuando no esté con esta anciana — niego.

— cuida bien de el nani, estoy fuera de casa — claro que me preocupa Matt — es alérgico a algunas comidas te enviare todo lo que necesites.

— tranquilo hijo, tengo años cuidando niños y mira que Elian era un caso — se ríe — eres un buen padre Erick — sonrió.

— quiero hablar con el — aunque se niega a hablar.

— bueno — escucho los gritos de nani, llama a Matt — háblale.

— hola pequeño — silencio — vamos Matt cuando vas a hablar — nano se ríe — te quiero hijo, en cuanto regrese iremos a comer ese helado que tanto de gusta, portante bien y no seas un desastroso como tu padre.

— para ser un inmaduro conoces mucho se tu hijo — soy inmaduro más no un mal padre.

— nos vemos luego nani — corta la llamada.

Llego a una cabaña muy hermosa — si esta es una de tus bromas juro que te mato Céline — bajo y de el auto. Camino hacia la cabaña, observo y la puerta está abierta, no hay nadie — ¿que mierda?
Dejo el control en mi bolsillo, quito mis guantes me quedo estático cuando veo una mesa en el jardín.

— creí que no vendrias — no quiero girar, me niego — es mi ofrenda de paz — me rindo, me giro y lo observo.

— dijiste ya no querías nada — sonríe.

— ¿dije eso? — camina hacia la puerta de vidrio — no lo recuerdo — si algo tienen los Hofmann es que visten siempre como si fuesen iconos de la moda — esto es producto de mi hermana — recuerdo que ella lleva un vestido azul, por lo tanto este guste con un pantalón azul y camisa negra.

La Última Melodía (+21) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora