POGO

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-Gustabo finalmente puedo decirte que sufres de TID. Trastorno de Identidad Disociativo. Puedo decirte que este aparece normalmente por algún trauma o maltrato sobre todo en la infancia como una manera de defensa de tu cerebro. No tiene cura ya que Pogo y tu sois una misma persona y un mismo cuerpo, pero puedo enseñarte a controlarlo y a mantenerlo dormido para que no te haga la vida imposible. Tienes además ansiedad y principios de depresión pero esos son fácilmente tratables.

Pero recuerda, no solo las pastillas controlaran a Pogo debemos seguir trabajando para que tu mismo puedas hacerlo en cualquier momento. Tu eres el alter dominante y por tanto debes aprender a mantenerlo a raya.

Miro a la doctora y miro el bote de pastillas.... las tomo sin rechistar. He aprendido que al menos por ahora lo mejor es hacer lo que me dicen hasta que salga de este maldito hospital. Lo que ella no sabe es que sus tratamientos no funcionan, tampoco los del nivel 8. Ellos creen que pueden controlar a Pogo como si fuera un perro y no es así. Ni siquiera yo tengo manera de controlarlo y tampoco se si quiero hacerlo. En estos meses Pogo es lo único que tengo y hemos "aprendido" que solo nos tenemos el uno al otro. Así que hemos decido dejarles creer lo que quieren que yo sea y nosotros mientras hemos aprendido a comunicarnos y dejar que el alter adecuado se enfrente a cada situación.

Durante las torturas físicas permito que Pogo tome el control y el me deja observar desde cerca, ya no me deja en la oscuridad. Sin embargo en las torturas mentales soy yo el que lleva las riendas y el observa todo como siempre lo ha echo. El es el físico y yo soy la mente por lo tanto lo mejor que podemos hacer es actuar juntos y no por separado.

De algo tiene que servirnos tantos años de manipulaciones y es que seguimos teniendo un piquito de oro. Hemos practicado los switch delante de gente que por ahora no han distinguido entre uno y otro. Pero la doctora Castro y el nivel 8 son otra cosa y tenemos que tener mucho cuidado. Tenemos que aprender perfectamente a actuar el uno como el otro.

Seguimos el tratamiento de la doctora a rajatabla, pero no le pienso decir que sus pastillitas no sirven de nada . Pogo es mi carta maestra para salir vivo de aquí, quieren convertirme en un arma y voy a dejarles creer que pueden manipularme a su antojo... bueno manipularnos.

Eventualmente empieza un nuevo tipo de entrenamiento.... las torturas. Estas no se realizan en el hospital obviamente, pero vuelvo allí cuando terminan. Recibo las mayores palizas que pude imaginar, las peores torturas físicas y mentales imaginables. Pero también es cierto que gracias a ellas Pogo y yo perfeccionamos poco a poco cuando intercambiar nuestros roles ya que el tiene una mayor resistencia física y yo soy muy bueno en lo mental ya que soy un manipulador nato.

Me he acostumbrado a llevar conmigo siempre unas gafas, eso permite que pueda ocultar mi mirada. Ya que cuando Pogo y yo conversamos el iris se dilata y podría dar indicios a toda esta gente. Sin embargo Pogo siempre se los quita porque dice que le quitan visión así que cuando yo me hago pasar por el me las debo quitar y el tiene que resistir la tentación de quitárselas cuando se hace pasar por mi.

Un día el que decide torturarme es el maldito nivel 8 y entonces sabemos que debemos prepararnos para lo peor y será además el momento donde poner a prueba si ya somos capaces de comportarnos como uno solo en cualquier situación. Esperábamos que nos torturara físicamente y nos interrogara, no había problema habíamos aprendido a soportar el dolor y no abrir la boca salvo para vacilar un poco porque oye... uno es como es y me divierte que intenten hundirme y yo sacar mi mejor sonrisa.

Tras horas de tortura física el nivel 8 parecía satisfecho de si mismo, y nosotros estábamos agotados y entonces saco la aguja.... solo podía ser pentotal sodico. Este maldito estaba decidido a matarme, pero no iba a lograrlo aunque estuviera destrozado.

Me interrogo una y otra vez bajo los efectos del pentotal pero no saco nada de mi. Pogo sujetaba mi cuerpo y yo controlaba la mente... lo habíamos logrado, habían creado al asesino perfecto y no tenían ni idea.

Esa fue una de las primeras torturas que el nivel 8 llevaría a cabo conmigo, pero no seria la ultima por supuesto. Tenia una favorita que uso una y otra vez hasta que me porte como el quería.... y esa misma tortura seria la que un día aplicaríamos contra el. El nivel 8 Pagaría caro todas estas torturas.... yo lo torturaría de su forma favorita y Pogo le aria morir sufriendo como el buen perro que es.

Gustabo Garcia. El FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora