La montaña (Toni Gambino)

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Un día mas en este sitio. Por motivos que desconozco, prácticamente cada día me escapo a este lugar que acabó con mi vida hace unos dos años. Recuerdo una y otra vez buscando algún atisbo de salida pero no logro encontrarlo. Gustabo Garcia creía tener una maldición, pero la realidad es que desde que él llego a mi vida, había sido mi propia maldición. Todo lo que tocaba desde aquel momento se iba al traste; las pesadillas me torturaban por las noches, desde que estaba aquí se habían vuelto cada día mas intensas y los ataques de ansiedad se hacían cada día mas presentes también, aunque era capaz de disimularlos delante de todo el mundo. Ya que con el tiempo, ya era capaz de predecir cuando iba a darme uno, por lo que me apartaba de los demás para tomarme mi pastilla. Cada día que pasaba aquí notaba que era mas dependiente de esta, me quedaban pocas y por tanto, debo buscar un medico que me recete mas sin que nadie sepa nada. Mientras pienso, observo el mar, del color de los ojos de Gustabo. Esos ojos me atormentan cada día de mi vida desde aquel día en aquel mismo lugar.

-¿Hay? soy Toni, ¿puedes hablar?

-Hola Poni, soy yo el chino. Dime.

-Se que eres tu Hai, yo te llame.

-Es veldad. Tengo un poco de tiempo, dime Poni.

-Necesito que investigues algo por mi.

-¿Que necesitas?

-¿Tienes contactos en la policía o algo así?

-Si, alguno tengo pero ¿en que estas metido?

-En nada que no sepas Hai. Pero necesito averiguar algo. Necesito que te enteres si antes de nuestro regreso se encontró algún cadáver en Marbella.

-¿Un cadáver? ¿Que pasa Poni?

-Solo haz lo que te pido, sin preguntas.

-Esta bien Poni, pero puede que tarde. Llevamos dos años fuera y hay mucho que milal

-No importa, solo hazlo y no le digas a nadie. Pero a nadie ¿me entiendes?

-Clalo Poni, soy una tumba.

Necesito saber si alguien encontró a Gustabo. No me creo que el cadáver de un agente del FBI aparezca y nadie sepa nada de ello. Creo que la pelirroja tiene algo que ver con eso y necesito saberlo, necesito atar cabos como sea. Si mi vida le pertenece, debo saber porqué. Dijo que podía hacer mi vida como quisiera pero que en cualquier momento me llamaría y debía responder, lo haré ya que no quiero morir ahora que parece que tengo otra oportunidad, pero necesito saber porqué yo.

Los días pasan, hemos vuelto a las andadas por supuesto y parece que estamos haciendo un buen trabajo. Carlo se queja a veces, dice que trabajamos para Hai como antaño en lugar de trabajar juntos; pero a mi no me importa. Si me metí en esto fue solamente por él, yo hubiera seguido adelante solo con los KeRule que tanto trabajo me había costado levantar. Gasolino ya era uno mas, las peleas con José eran constantes; pero la verdad es que me divertía como hacia mucho que no lo hacia. Era en esos momentos, cuando me olvidaba de todo el pasado que llevaba a mis espaldas y lo agradecía. Cuando estaba solo, los recuerdos y las pesadillas se apoderaban de mi y poco a poco me di cuenta de que evitaba estar solo a toda costa.

Apenas había pasado un mes cuando recibí una llamada desde Italia, mi familia sabía que había vuelto al trabajo familiar y solo confiaban en mi para solucionar ciertos problemas que habían surgido con otra organización. Al fin y al cabo, aunque tenia mis momentos de locura, siempre había sido el hermano responsable y que había llevado a la organización a crecer como nunca antes en su momento. Si bien, en Londres lo habíamos pasado mal, tambien fue porque yo rompí todo contacto para no ponerlos en peligro. Por lo que habían logrado salvar parte de lo ganado en Marbella y vuelto a empezar de cero. Después de todo lo ocurrido, me sentía responsable; así que ya que había vuelto al trabajo familiar, debo hacerme cargo de todo al igual que hice años atrás. Solo serían unos días, así que iría y vendría antes de que Carlo tuviera oportunidad de meterse en algún problema gordo.

Fue sencillo convencer a Carlo sobre mi viaje. Todo lo que tenia que ver con la familia iba por encima de cualquier cosa para él. Me acompañaron al aeropuerto y me despedí de todos. Igor iba a pilotar el avión que me habían conseguido y así mi viaje sería más rápido, para regresar los llamaría. Un avión privado es mucho mejor que uno regular. Cuando acabamos de despegar recibo una llamada de Hai

-¿Que pasa?

-Poni, soy Hai.

-Te escucho, te escucho

-Escúchame, te has ido ya.

-Estoy en el aire si, ¿que pasa?

-He estado investigando y hace unos años se encontraron ciertas cosas en el mar. Lo que tu me pediste. Al parecer son restos de una persona, yo te hago una pregunta ¿como iba vestido?

-Eh... era como una chaqueta roja, un abrigo rojo.

-Chaqueta roja, pantalones militares y una nota.

-Llevaba pantalones militares si. ¿Pero esta el cuerpo?

-Hay una nota, Poni. Estaba en la chaqueta.

-¿Una nota? No entiendo, ¿que ponía?

-Apunta bien la próxima vez, spaghetti de mierda. Voy a por ti.

Mierda. No puedo creer lo que Hai me acaba de decir. Me quito el cinturón y rápidamente me meto en el baño. Un ataque de ansiedad toma mi cuerpo, no puedo respirar. La pastilla no hace efecto, siento mi corazón latir a un gran ritmo y comienzo a marearme. "Apunta bien la próxima vez" es imposible. No puede ser cierto, es imposible que Gustabo sobreviviera a un disparo en la cabeza, me asegure bien de que no tenia pulso y encima lo tire en el mar por lo que debería haberse ahogado de sobrevivir al disparo. "Voy a por ti" maldita sea, definitivamente Gustabo Garcia es mi maldición. Pero no puede estar vivo, es imposible. Alguien debe haber descubierto lo que paso y esta jugando conmigo pero ¿quien sabe lo que paso? ¿Conway? No, aunque fuera así, el no quería mi muerte al final ¿Gordon? Aunque coincidido en Marbella, no recordaba nada y seguía siendo un policía de manual ¿la pelirroja? era mi única opción, ella debía saberlo pero... ¿porque ahora? ¿porque esa nota? puede que yo decidiera investigar muy tarde y por eso lo se ahora pero... "Voy a por ti" Mil ideas pasan por mi cabeza, no puedo respirar, veo como todo a mi alrededor desaparece y todo se queda a oscuras.

Gustabo Garcia. El FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora