Despedida (Gonzalo)

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Meses después

El tiempo había pasado muy lento desde aquel día. No se cuantas veces repasé en mi cabeza todo una y otra vez, ¿que salió mal? Años de trabajo para perderlo todo al final. Gustabo luchó tanto a lo largo de su vida y todo se reducía a esta lápida. No pude pisar el cementerio desde el día del funeral y porque estaba empastillado hasta la médula, se me hace muy difícil venir aquí. Mi corazón pesa demasiado, el dolor pesa demasiado.

Un informe conjunto de la CIA y del FBI había tapado todo rastro de lo sucedido en aquel lugar que ya no existía. Habían tapado todo, reduciéndolo a una guerra entre mafias. Tras el pánico inicial, la ciudad había vuelto a la normalidad como si nada hubiera pasado. Pero para mí, había sido el fin de mi vida como la había vivido en los últimos años. Un mes más tarde, presenté mi dimisión el la LSPD, era el fin de Isidoro Navarro. Michelle me pidió volver con ella a la CIA, pero ya no era lo mismo si Gustabo no estaba allí. Esperé un tiempo y decidí visitar la tumba de mi "marido" antes de abandonar por siempre aquella ciudad.

-Adiós Freddy. Al final resultaste ser un gran compañero y amigo. Perdón por no haber venido antes pero, no podía enfrentarme a esto. Me voy tete, Isidoro Navarro a muerto y Gonzalo ha de seguir con su vida. No te prometo que volveré, pero no te voy a olvidar.

Salí del cementerio sin mirar atrás, pude despedirme de Freddy pero no de Gustabo. Horacio se había convertido en un apoyo en los últimos meses, ya que ambos habíamos perdido un hermano aquel día. Todo estaba listo para mi partida, pero antes de eso, debía despedirme de alguien más....

-Soy yo tete, ¿estás libre para un café?

-Estoy de camino al cementerio, ¿fuiste al final?

-Si, siento que se lo debo. Al menos ahora que he decidido irme de aquí. ¿Te espero en la puerta entonces?

-Si, llego en dos minutos.

-De una tete

Me subí al coche de Horacio y este tomó rumbo al norte de la ciudad. Me iba contando cosas pero yo no estaba escuchando nada. Solo quiero tomarme este último café y salir de esta ciudad.

-¿A donde narices me llevas tete? Aquí no hay nada, ¿o es que piensas matarme?

-No digas tonterías anda. Disfruta el viaje.

-Nunca te pregunté....¿que pasó con los Gambino, Cleopatra y los demás?

-Son libres. Cumplieron su cometido y digamos que hicimos un apaño poco legal.

- ¿Libres sin más? Le echasteis la culpa de todo a las mafias.

-Cumplieron su cometido al acabar con el Nivel 8. Fue parte del trato, se comen el marrón pero quedan libres de cargo. En teoría la mayor parte de los implicados fallecieron o huyeron.

- Al final en todo hay corrupción tete, Gus tenía razón.

-Todo fue gracias a el, nadie podía tocar al Nivel 8. Todo estaba corrupto con el, incluidas las mafias. Ahora todo está como se supone que debe ser, cada uno en su bando.

-Supongo que por esa parte no está mal.

-¿Y tu que vas a hacer ahora? estoy seguro de que en el FBI tendrías un buen puesto...

-Eso ya no es para mi, no sin Gustabo.

Horacio me miró, pero no me respondió más. En ese momento me di cuenta de que estábamos en el faro de la ciudad. Aparcó el coche y sacó algo del maletero; me hizo una señal para seguirle y bajamos a la playa. Allí un hombre estaba sentado en la arena. Volví mi cabeza a Horacio pero este se quedo parado y me hizo señal para que continuara mi camino. El mar, el lugar seguro de Gustabo. El lugar donde siempre acudía para sentirse mejor, en ese mismo lugar el trazó su plan de huida y cerca del mar fingió su muerte para el mundo durante años. Cuando estaba frente a la orilla, noté la presencia de alguien a mi lado.

Gustabo Garcia. El FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora