Capítulo 32.

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Las luces estaban apagadas en la habitación, y solo una pequeña lámpara iluminaba tenuemente el lugar

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Las luces estaban apagadas en la habitación, y solo una pequeña lámpara iluminaba tenuemente el lugar. La penumbra daba un aire de intimidad, acentuado por el frío que invadía el espacio, haciendo que un escalofrío recorriera tu cuerpo. Pero apenas lo notaste; ya que tu mente estaba inundada por la presencia de Dooshik, por la cercanía de su cuerpo y el calor que emanaba de él.

Con cada beso, Dooshik fue llenando tu rostro de caricias suaves, cada una impregnada de la pasión que había acumulado durante el tiempo que estuvieron separados. Sus labios se movieron con determinación, bajando lentamente hasta tu cuello, donde comenzó a dejar pequeñas marcas, símbolos de la necesidad que sentía de hacerte suya nuevamente.

Continuó su recorrido, sin detenerse, hasta llegar a tu pecho. Ahí, sus besos se hicieron más intensos, más firmes, y cada contacto con su boca hacía que una oleada de sensaciones se expandiera por todo tu cuerpo, haciéndote olvidar por completo el frío de la habitación.

Bajó un poco más, encontrándose con tus pechos, los cuáles metía a su boca, para chuparlos y morder tus pezones. Por otro lado, una de sus manos estaba tocando tu intimidad la cual ya estaba complementa mojada por el simple toqueteo de sus dedos calientes.

Sus dedos bajaron a tu culo, intento meter uno pero al sentir que no podía introducirlo soltó una risita y dejo de chupar para luego mirarte.

─ Aquí no ha sido abierto, ¿cierto~? ─ preguntó con diversión.

─ ¿Cómo lo sabes~?

─ ¿Por qué no iba a saberlo~? ─ mordió tu pezon y te quejaste ─ Si tu cuerpo me pertenece~ ─ su comentario te incómodo un poco ─ Tengo que llenarte mucho más ahora~

Se separo de tu cuerpo y con las piernas cerradas metiste una de tus manos para ponerla sobre tu intimidad. Sentías mucha vergüenza y no estabas segura de poder continuar, no era porque no quisieras, si no porqué había pasado mucho tiempo y tu cuerpo no estaba preparado para volver a tener a Dooshik dentro de ti.

─ Vamos~ ─ insistió besando tus rodillas ─ Muéstrame~ ─ una vez más, te sentiste incómoda con su insistencia ─ Eres tan hermosa~ ─ abrió cuidadosamente tus piernas, pero al ver como cubrías tu intimidad con tus manos sonrió juguetón ─ ¿Por qué pones tus manos~?

─ E-espera~ ─ lo miraste nerviosa ─ No hagas eso, por favor~

─ Lo hago para no lastimarte~ ─ dijo mientras acercaba su rostro a tu culo ─ Vamos, quita tus manos~

Cerraste los ojos con fuerza, negando para que no cometiera ese acto que era incómodo, pero placentero para ti ─ ¡Déjalo así~!

─ ¿No vas a quitar tus manos~? ─ preguntó y negaste una vez más. Este sonrió con diversión, le encantaba que le pusieras retos ─ Entonces...

Sentiste como su lengua comenzó a lamer tus dedos, estos empezaron a llenarse de su saliva y se deslizaron a un lado permitiéndole pasar la lengua en el orificio que tanto deseaba probar ─ ¡Ngh~!

Camino De Espinas | Kang DooshikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora