"Llevar el pasado de alguien es como caminar descalzo por un camino de espinas, pero el amor que él sentía por mí transformó cada espina en pétalos, convirtiendo mi sendero en un camino de rosas."
Escrito por | Zoy
Ilustrado por | Inking
Fanfic narr...
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Luego de que ambos se dieran una ducha, Dooshik te sentó en sus piernas para secarte el cabello con la secadora. Te estabas quedando dormida, muy cansada por todo lo que hicieron como reconciliación. Minutos después, Dooshik terminó, dejando la secadora a un lado. Acarició tu cabello con cuidado y luego miró tu brazo derecho, lleno de tatuajes. Al principio no lo pudo creer, pero por fin tenía la oportunidad de quitarse la duda.
— ¿Por qué te tatuaste el brazo completo? — preguntó curioso.
— ¿Ah? — respondiste adormitada — Bueno... Me lo hice junto a una amiga — murmuraste, recordando a Miyong.
— ¿En serio? ¿Cómo un tatuaje de amistad? — asentiste, pegando el rostro en el azulejo del lavamanos.
El chico sonrió con ternura y te abrazó por la cintura con fuerza. Por fin te tenía con él. Comenzó a besarte la espalda, viendo cada moretón que tenías, provocados por él.
El timbre sonó. Te cargó y te dejó sobre el sofá para luego ir a la puerta.
Regresó y acomodó una mesa frente a ti. Fue a la cocina por algunos platos y se sentó delante de ti en el suelo. Frotaste tus ojos con cuidado y viste cómo comenzó a sacar unos recipientes con comida.
— Vamos a cenar — sonrió, sirviendo un poco de comida en un pequeño plato — Primero le daré a la gatita. Tú come mientras tanto, y luego comeré yo.
— Kiki... No puede comer sola.
— Lo sé — se levantó para ir por ella y regresó sentándose en el suelo con la minina en sus brazos — ¿Qué le sucedió?
— Tiene parálisis... Sufrió un accidente — apretaste los puños con fuerza.
— Siento mucho lo que le pasó a Miyong — lo miraste rápidamente — Mi jefe... ya sabes, investigó — dijo acercando un pedazo de pollo a la boca de la felina — Sé que tomas medicamento fuerte por las alucinaciones, Jooha también paso por lo mismo cuando te fuiste... Fue aterrador verlo de esa forma ─ suspiró con tristeza ─ Espero que no hayas pasado por todo eso... Tú sola.
Dejaste salir un suspiro ─ No estuve sola ─ sonreíste mirando a la gatita ─ Estuve muy bien acompañada.
Apretaste tus labios, sintiendo la tristeza invadir tu cuerpo. Ibas a darle un bocado a la comida, pero entonces comenzaste a llorar desconsoladamente. Dooshik se sentó a tu lado, pegando tu rostro a su pecho para que te desahogaras. Kiki te miraba desde las piernas del hombre; no entendía nada, pero cuando te veía llorar, se le quitaba el hambre.
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Después de cenar, Dooshik te llevó a la habitación principal para que pudieras descansar mientras él lavaba los platos. Te sentaste en la orilla de la cama, notando la caja de cigarrillos que Dooshik había dejado sobre la mesita de noche. Sin pensarlo mucho, tomaste uno y, tras buscar un encendedor en la gaveta, encendiste el cigarrillo y comenzaste a fumar. Abriste la ventana para que el olor no se quedara impregnado en la habitación, permitiendo que la brisa nocturna entrara mientras exhalabas el humo lentamente.
