A la mañana siguiente, despertaste al escuchar algunas voces afuera de la casa. Te sentaste en el sofá, mirando a todos lados, tratando de orientarte. Te pusiste las pantuflas y saliste al patio delantero. Al abrir la puerta, los rayos del sol te dieron de lleno en los ojos, obligándote a entrecerrarlos mientras levantabas una mano para protegerte de la luz.
Lo primero que viste fue una figura masculina sosteniendo a Kiki entre sus brazos. El miedo te invadió por un instante hasta que reconociste la sonrisa de Dooshik.
— ¿Cómo estás? — te preguntó, su tono fue muy suave.
Te quedaste quieta por un segundo, el impacto de verlo allí, con Kiki en brazos, te dejó paralizada. Sin decir nada, te giraste y volviste a entrar a la casa desesperada. Dooshik te siguió, viendo cómo tomabas dos pastillas de un frasco y te las tragabas rápidamente con un vaso de agua. Te agarraste la cabeza con ambas manos, negando frenéticamente, tratando de ahuyentar las visiones que te atormentaban.
— Vine desde Seúl — dijo con calma, y te detuviste en seco. Sentiste su mano agarrar tu muñeca con suavidad pero con firmeza, y te dio un pequeño jalón — Vámonos.
Antes de que pudiera llevarte, te zafaste de su agarre y miraste hacia la puerta al sentir otra presencia. Allí estaba la dueña de la casa, frunciendo el ceño al ver cómo Dooshik te había sujetado.
— ¡Oye! ¿¡Tú quién eres!? — preguntó la mujer, apuntando al hombre con el palo de una escoba.
— ¿Yo? — él te señaló — Soy su esposo.
— ¿¡Qué!? — exclamaron ambas al mismo tiempo, sorprendidas.
— Que bien lo tenías escondidito — dijo la mujer, dejando la escoba a un lado — Es un hombre muy apuesto.
Te sonrojaste de inmediato y, sin pensarlo, jalaste a Dooshik del brazo, llevándotelo a la habitación, mientras él aún sostenía a Kiki en sus brazos. Cerraste la puerta con fuerza detrás de ti, sintiendo una mezcla de emociones que no podías ni querías procesar en ese momento.
— ¿Qué haces aquí? — preguntaste con un tono cargado de molestia, tus ojos clavados en él, intentando mantener la compostura.
— ¿No es obvio? — Dooshik respondió con una calma aparente mientras colocaba a Kiki suavemente sobre la cama — Vine por ti.
Su respuesta, tan directa y desprovista de dudas, hizo que tu irritación aumentara — Vete de aquí — le pediste con seriedad, esperando que él comprendiera la gravedad de la situación y se marchara.
Pero Dooshik no estaba dispuesto a ceder tan fácilmente. Se giró hacia ti, con una determinación feroz en su mirada — ¿Crees que estoy loco como para hacerte caso? — preguntó mientras se acercaba rápidamente. Te tomó por los hombros con una fuerza inesperada, sus dedos te apretaron con desesperación — ¿¡Por qué mierda me estás alejando de ti!? — gritó, su voz estaba llena de dolor y frustración — ¡Sigue intentándolo y te seguiré hasta el fin del mundo! ¡No importa a dónde carajos te vayas, yo seguiré tus pasos!
Intentaste responder, pero una punzada aguda atravesó tu cabeza, obligándote a llevar una mano a tu frente. El dolor te nubló la visión por un momento, pero Dooshik, cegado por su enojo, no se dio cuenta de tu malestar.
— ¿Crees que con una estúpida nota ibas a terminar con nosotros? — te jaló más cerca de él, su rostro tan cerca del tuyo que podías sentir la intensidad de su respiración.
— ¡Estoy bien sin ti! — le gritaste con toda la fuerza que te quedaba, intentando convencerlo y convencerte a ti misma al mismo tiempo — ¡Tengo una vida tranquila!, ¿¡por qué te apareces ahora!?
Dooshik te miró directamente a los ojos, su expresión era una mezcla de furia y desesperación — ¿Estás bien sin mí? — preguntó, su voz fue baja pero cargada de un dolor profundo — ¡Estás tomando medicamentos fuertes! — apretó su agarre, como si temiera perderte — Y si estás bien... ¿¡Por qué mierda sigues huyendo!?
Sus palabras golpearon algo dentro de ti, algo que habías estado intentando ocultar, incluso de ti misma. La presión, el dolor, la tristeza acumulada durante tanto tiempo finalmente encontraron una salida. Las lágrimas comenzaron a brotar de tus ojos sin control, desbordándose en un torrente que no podías detener. El peso de todo lo que habías pasado, de todo lo que habías intentado superar sola, se hizo insoportable, y en ese instante, no pudiste hacer más que dejar que las lágrimas fluyeran.
— ¿¡Acaso no tienes miedo de morir!? — gritaste entre llantos, empujando a Dooshik con todas tus fuerzas — ¡Casi mueres por mi culpa! — dijiste cubriendo tu rostro con las manos, ya que las lágrimas caían sin cesar — Todas esas cosas... Yo las provoqué... — lo miraste con rabia, tu voz se iba quebrando por el dolor — ¡Quiero vivir en paz! ¿Es mucho pedir? — tragaste con dificultad, el nudo en tu garganta apenas te dejaba hablar — Solo... Vete, por favor, Dooshik.
Él se acercó con el rostro tenso por la frustración — ¿¡Ya acabaste de decir tonterías!? — te señaló — ¡Destruiré todo si eso te hace vivir en paz! — su mano se acercó a tu rostro, pero se detuvo a medio camino — De todas formas... Vamos a morir, pero al menos moriremos felices porque tú me amas y yo te amo... — se inclinó hacia ti y te dio un beso, uno lleno de tristeza y desesperación — Por favor, quiero que entiendas eso, no importa si el camino está lleno de espinas... Buscaré la forma de que ese camino se llene de rosas para ti — acarició tu mejilla, sentiste como su mano temblaba ligeramente.
— Es... Complicado — murmuraste, con los ojos inundados de lágrimas.
— Deja de decir esa estúpida palabra — replicó con irritación.
Te desplomaste al lado de la cama, sollozando con fuerza. Dooshik se arrodilló frente a ti y te envolvió en un abrazo desesperado, como si temiera perderte otra vez.
— Quiero reír contigo y llorar, quiero que seamos felices juntos — dijo mientras acariciaba tu espalda — No importa qué mierda venga, quiero cuidarte... Mi pequeña niña — tus sollozos se intensificaron — Confía en mí, voy a hacerte feliz.
Te abrazó con más fuerza, sintiendo por fin el calor de tu cuerpo, como si al hacerlo, pudiera atar tu alma a la suya, evitando que te desvanecieras una vez más.
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Camino De Espinas | Kang Dooshik
Fiksi Penggemar"Llevar el pasado de alguien es como caminar descalzo por un camino de espinas, pero el amor que él sentía por mí transformó cada espina en pétalos, convirtiendo mi sendero en un camino de rosas." Escrito por | Zoy Ilustrado por | Inking Fanfic narr...