Te cambiaste rápidamente de ropa, tus manos temblaban mientras llenabas una pequeña maleta con lo esencial. Al salir del apartamento, te detuviste frente a la puerta de tu vecino. Tocaste varias veces hasta que él abrió y le pediste de favor que cuidara de Kiki. Le mencionaste que tenías una cita médica importante y que Dooshik regresaría antes. Tu vecino, aceptó sin pensarlo dos veces. Te arrodillaste frente a tu pequeña hija, le diste un suave beso en la frente y, con el corazón pesado, te despediste.
Te apresuraste hacia el ascensor, bajando hasta el primer piso. Al salir del edificio, viste el auto que te estaba esperando. El conductor, sin decir nada, tomó tu maleta y la guardó en el maletero. Subiste al coche y el viaje comenzó, silencioso y tenso, directo hacia el infierno que te aguardaba.
El trayecto se hizo interminable, aunque no podías evitar pensar en lo que vendría después. Al cabo de un rato, llegaste frente a una imponente mansión. No era una simple casa, era un lugar que irradiaba poder, riqueza y una oscuridad que te hacía sentir pequeña. Caminaste hacia la puerta, tu maleta a un lado, y justo cuando ibas a tocar, tus ojos captaron algo: una tarjeta con flores dibujadas, las mismas flores que Pilwon siempre llevaba al cementerio. Sentiste la rabia crecer en tu pecho mientras apretabas los puños.
Con un suspiro amargo, introdujiste la fecha de fallecimiento de tu madre en el tablero de la puerta. Hubo un pequeño pitido, y la puerta se abrió ante ti, como si te invitara a entrar en una trampa invisible.
Caminaste dentro de la mansión con la maleta arrastrando por el suelo. El lugar era frío, más grande de lo que recordabas, pero no tuviste mucho tiempo para procesar nada antes de sentir un par de brazos rodearte por la espalda. El aliento cálido de Pilwon rozó tu cuello, provocando que te tensaras de inmediato.
─ Bienvenida a casa ─ murmuró con esa voz baja y melosa que tanto te disgustaba ─ Es una pena que tu hermano no esté con nosotros... Qué mal hermano mayor.
Su risa suave y burlona te recorrió como un escalofrío. Te mordiste el labio con fuerza, sin intención de mostrar debilidad.
─ Pero ha sido más hombre que tú ─ dijiste con firmeza, tratando de mantener la calma.
Tus palabras lo hirieron, lo sabías. En un abrir y cerrar de ojos, Pilwon te giró bruscamente y te estampó contra la pared, sus dedos se clavaron con fuerza en tu mandíbula mientras te obligaba a mirarlo.
─ ¿Y tú? ─ preguntó con una sonrisa torcida ─ Primero con tu hermano, luego con un idiota... ─ soltó una risa cargada de sarcasmo ─ En verdad que eres una prostituta.
Lo miraste con frialdad, sin emoción en tus ojos.
─ ¿Quieres qué lo sea? ─ preguntaste, cada palabra más pesada que la anterior ─ Puedo hacerlo si me lo pides... Solo si me aseguras que Dooshik estará bien.
Pilwon frunció el ceño, disgustado por tu respuesta. Sus manos viajaron hasta tu cintura, jalándote con brusquedad hacia él.
─ Pensé que vivirías con orgullo... Pero mira cómo haces todo por un idiota ─ susurró con desprecio. Sus manos descendieron hasta tu trasero, apretándolo con descaro mientras una sonrisa cruel se formaba en su rostro ─ Te convertiste en un simple objeto para salvar a otro.
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Camino De Espinas | Kang Dooshik
Fanfiction"Llevar el pasado de alguien es como caminar descalzo por un camino de espinas, pero el amor que él sentía por mí transformó cada espina en pétalos, convirtiendo mi sendero en un camino de rosas." Escrito por | Zoy Ilustrado por | Inking Fanfic narr...