Capítulo 35.

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A la mañana siguiente, abriste los ojos lentamente, dejándote envolver por la calma de la habitación

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A la mañana siguiente, abriste los ojos lentamente, dejándote envolver por la calma de la habitación. El sol apenas comenzaba a filtrarse por las cortinas, creando una atmósfera cálida y tranquila. A tu lado, Dooshik seguía profundamente dormido, su respiración era lenta y tranquila. Su rostro relajado te hizo sonreír, recordándote lo afortunada que te sentías de estar allí, a su lado.

Deslizaste la mirada hacia el suelo y encontraste a Kiki, la pequeña gatita, acurrucada en su cama improvisada. Te levantaste con cuidado para no despertar a Dooshik y te pusiste de cuclillas frente a ella. Con un suave toque en su naricita, la gatita abrió sus ojos perezosamente.

─ Buenos días ─ susurraste con una sonrisa, besando su cabecita suave ─ Iré a alguna tienda para conseguir tu comida.

Al escuchar tu voz, Dooshik se movió en la cama y se arrastró hasta la orilla, sus ojos miel se entrecerraron por el sueño, pero en cuanto te vio, una sonrisa perezosa apareció en su rostro.

─ Descuida, hay comida para ella en las gavetas rojas ─ murmuró, extendiendo una mano para acariciar la cabeza de Kiki ─ La compré antes de ir por ti, quería estar preparado.

Tu sonrisa se amplió, conmovida por el detalle. Era evidente que había pensado en todo antes de tu regreso, y eso te llenaba de una cálida sensación de cariño.

─ Dooshik... ─ susurraste, dejando que el agradecimiento y la ternura se reflejaran en tus palabras ─ Gracias.

Él se encogió de hombros, restándole importancia, pero la sonrisa en sus labios delataba su satisfacción.

─ Es tu hijastra y hay que cuidarla ─ dijo con naturalidad.

─ Es mi hija, no importa si Miyong es su mamá... Yo la estoy cuidando ahora ─ te inclinaste hacia él y le plantaste un beso en la mejilla, haciendo que se sonrojara ligeramente ─ Y como dices que eres mi esposo... Entonces eres su papá.

Dooshik te miró rápidamente, sorprendido por tus palabras, como si le costara procesarlas ─ ¿S-su papá?

Asentiste feliz, disfrutando de la expresión atónita en su rostro. Luego, como si algo dentro de él hiciera clic, su rostro se iluminó.

─ Tenemos... ¡Tenemos una hija! ─ exclamó con una mezcla de asombro y alegría. Saltó de la cama, cargó a Kiki en brazos y salió corriendo de la habitación ─ ¡Yo le daré el desayuno! ─ gritó con entusiasmo desde el pasillo.

No pudiste evitar reír ante su reacción y lo seguiste, sintiendo una profunda felicidad burbujeando en tu interior. Mientras él se encargaba de alimentar a la pequeña Kiki, tú te dirigiste a la cocina para preparar el desayuno. La mañana transcurrió en un ambiente lleno de risas y conversaciones ligeras, como si estuvieran acostumbrados a compartir cada instante.

─ Aaah ─ dijiste mientras le acercabas un bocado con el tenedor.

Dooshik abrió la boca obedientemente y saboreó la comida, haciendo una mueca de placer.

Camino De Espinas | Kang DooshikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora