Capítulo 58.

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Después de aquella llamada pasaron algunos días, Dooshik dijo que iba a volver pronto y eso te emociono

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Después de aquella llamada pasaron algunos días, Dooshik dijo que iba a volver pronto y eso te emociono. Volviste a ponerte en forma, limpiando el apartamento y comprando algunas cosas para poder prepararle algo de comida, estabas feliz de poder verlo de nuevo, de escucharlo y sobre todo poder abrazarlo.

La gatita que estaba acostada en el sofá te veía con atención mientras su cola se movía, la miraste a la distancia y sonreíste para luego girarte al refrigerador y acomodar las verduras.

De repente tu celular comenzó a vibrar, rápidamente lo agarraste ya que estaba en la mesa. Miraste el nombre del contacto pensando que era Dooshik, pero era un número desconocido, confundida contestaste la llamada.

¿Hola? ─ preguntaste.

Es por tu culpa Daehwi. Ah, vamos... Comelo todo ─ reconociste la voz.

Dooshik, ¿también te lo vas a comer? ─ preguntó otra voz.

No es divertido hacerlo con un cadáver ─ respondió tu pareja.

Rápidamente lanzaste el celular al sofá, al lado de Kiki quién de asustó. Tu corazón comenzó a latir rápidamente al escuchar esa conversación la cuál continuó.

Tu eres yo ahora... ¿Crees que hago esto para que me entiendas?

Corriste para tomar el celular, tus manos temblorosas lo tomaron y rápidamente hablaste ─ ¿¡Dooshik!? ¿¡Qué sucede, qué ocurre!? ─ preguntaste desesperada.

Tu hyung va hacer cogido hasta que se muera.

─ ¡No, no! ¡Dooshik, detente! ─ le girtaste.

De repente se escucho un golpe y te asustaste. Cubriste tu boca y comenzaste a respirar con dificultad, bajaste a tu pecho donde sentiste como tu corazón palpitaba. Estabas asustada, aterrada por lo que Dooshik estaba haciendo.

Las voces se detuvieron y entonces otra se escuchó.

Ya ha pasado un buen tiempo, T/n ─ su voz hizo que abrieras tus ojos de par en par ─ ¿Hasta ahora has disfrutado tu viaje? ─ te quedaste callada mirando el celular ─ Ahora tendré que intervenir... Y ordenar que regreses a casa.

●●●

El sonido de la cerradura del apartamento se giró y Dooshik abrió la puerta de golpe con tanta felicidad. En una de sus manos traía un ramo de flores rojas y en la otra trian una bolsa de algo que había comprado.

─ ¡Mi amor~! ─ llamó borracho ─ ¡Volví a casa, mi amada~!

Dejo las cosas en el sofá y miró a todos lados, pero al no verte ni escucharte se tensó. Salió corriendo a la habitación y al correr la puerta tropeso y cayo de cara al suelo, levantó el torso para mirar a su alrededor y entonces te vio, sentada en el suelo con la espalda pegada a la puerta de vidrio del balcón.

Este soltó una risita ─ Wow... Me sorprendiste ─ negó con diversión ─ ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no me abrazaste cuando llegué?

Se levantó y regreso al sofá jalando la bolsa. Regreso de nuevo a la habitación y se sentó a tu lado, posando su cabeza en tu hombro mientras sonreía.

─ ¿Bebiste? ─ preguntaste y el asintió ─ ¿Con quién?

Te hiciste a un lado y Dooshik se sorprendió a ver que alejaste tu hombro de su cabeza ─ Pues... Solo ─ respondió sin dejar de mirarte.

─ ¿Pero por qué bebiste? ─ lo miraste mientras tus labios temblaban.

─ No es la gran cosa, fue un día algo frustrante ─ comentó, pasando su mano lastimada por su rostro ─ Pero bueno... ¿Quieres ver que te compre?

No respondiste. Y Dooshik comenzó a sacar lo que compró de la bolsa, saco una pequeña cajita y la abrió frente a ti con una sonrisa.

─ ¡Taran~! ─ era un collar con un anillo ─ La personalidad de mi amada hace que quiera trabajar lo antes posible y un restaurante requiere muchas manos, así que pensé que un collar seria mejor que un anillo.

Dijo mientras encogias tus rodillas a tu pecho, temblando de miedo.

─ Moría por darte esto ─ dijo, pasando el collar cerca de tu cuello y te tensaste, pero tu cuerpo tembló al verlo sonreír ─ Esto te quedará hermoso... En realidad todo te queda bien. Te lo pondré~

Acercó sus manos a ti y de un manotazo las apartaste.

─ R-respondome ─ le pediste nerviosa ─ ¿Qué hiciste hoy y por qué escuché ruidos extraños cuando me hablaste?

El de ojos miel se tensó y recordó como Daehwi lo había amenazado con que tarde o temprano te ibas a enterar de lo que les había hecho a los gemelos y que ibas a huir de su lado, aterrada por lo desagradable que había sido él con la venganza.

De repente, Dooshik te giró con fuerza agarrándote de la nuca y lastimadote.

─ ¿¡Q-qué estas haciendo!? ─ preguntaste aterrada.

─ Quédate quieta. Déjame ponerte el collar.

Te lo colocó y te soltó. Sentiste como su agarré había sido tan duro, que estabas segura de que te había dejado una marca. Levantaste la mirada y viste tu reflejo y el de él a través del vidrio del balcón.

─ Te queda mejor de lo que pensaba ─ dijo con una sonrisa.

Te giraste a verlo y tu cuerpo siguió temblando por el miedo. Bajaste la mirada para ver el collar, pero de repente, saliste corriendo levantando la tapa del baño y colocándote de rodillas en el para comenzar a vomitar.

─ ¿Eh? ¿T/n qué sucede? ─ preguntó entrando ─ Pensé que habías descansado bien ─ tocó tu espalda.

─ ¡No me toques! ─ le gritaste, volteandote y empujándolo, y Dooshik cayo al suelo de espaldas.

─ ¿Q-qué? ─ te miró confuso.

─ ¿¡Explícame por qué lo hiciste!? ─ le gritaste con las lágrimas corriendo por tus mejillas.

Sus ojos miel se clavaron en ti, pero bajo su cabeza, quedándose callado por unos segundos y luego levantó su mirada.

─ ¿Acaso... Fue Pilwon? ─ te asustaste ─ Es eso... ─ y entonces comenzó a reír mientras ponía sus manos sobre tus hombros.

Sentiste su agarré muy fuerte y el miedo te invadió, pero tus lágrimas aún salían. De repente, Dooshik te vio y sus ojos se abrieron de par en par y se acercó a besarte con desesperación. Su boca no dejaba que hablaras y su lengua se movía con agresividad.

Y entonces le mordiste el labio con fuerza, este se separó y viste como algunas gotas de sangre comenzaron a salir de su labio.

─ ¿P-por qué actúas así? ─ lo miraste con miedo ─ Por favor... Cálmate, Dooshik ─ le pediste entre lágrimas.

Dooshik paso sus dedos por su labio, viendo la sangre.

─ No esta mal... ─ sonrió con lágrimas en sus ojos ─ Es una marca de mi amada, así no podrás abandonarme nunca.

Sus palabras te hicieron sobresaltarte recordando las mismas palabras que una vez Pilwon de dijo "Nunca podrás escapar de mí, mi amada"

Camino De Espinas | Kang DooshikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora