Capítulo 45.

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Estabas sentada en el gran ventanal del apartamento mirando la lluvia que había comenzado y los truenos que se intensificaban a cada minuto

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Estabas sentada en el gran ventanal del apartamento mirando la lluvia que había comenzado y los truenos que se intensificaban a cada minuto. Jugabas distraídamente con la botella de pastillas en tus manos, esperando a que estas hicieran efecto, mientras la presencia de Pilwon estaba sentada a tu lado.

La ansiedad te embargaba; la alucinación se sentía demasiado real. Te esforzabas en no girarte y verle el rostro, concentrando tu mirada en la tormenta afuera. Un aire frío te envolvió, y negaste rápidamente, tratando de sacudir la sensación. Desde lejos, Dooshik notó tu malestar, así que entró en la habitación, quitándose la sudadera que llevaba puesta.

─ Amooor~ ─ llamó, intentando suavizar el ambiente. Te giraste rápidamente hacia él, con un susto reflejado en tus ojos ─ ¿Q-quieres pintarme el cabello? ─ preguntó con una sonrisa ligera, su tono de voz tan casual que casi rompía la tensión que sentías.

─ ¿P-pintarte el cabello? ─ balbuceaste, parpadeando mientras intentabas centrarte en la realidad y no en la presencia invisible a tu lado.

─ Por favor~ ─ suplicó Dooshik, sentándose junto a ti en el ventanal y apoyando su cabeza en tu hombro con un gesto de ternura.

Llevaste una mano a su cabello, revisando distraídamente ─ Todavía se ve bien... ─ murmuraste ─ ¿Por qué quieres pintarlo?

─ Por la raíz ─ respondió con simpleza, como si eso lo explicara todo.

En un movimiento rápido, te abrazó, y te encontraste a ti misma envolviéndolo con tus brazos. Ambos se miraron en un silencio que parecía eterno, hasta que él sonrió y escondió su rostro en tu pecho, buscando refugio. Justo en ese momento, el sonido del celular de Dooshik rompió la calma, sonando desde la mesa. Con una rapidez inesperada, él se soltó de ti y corrió hacia el teléfono, dejándote sola en el ventanal, volviendo a observar la lluvia que caía, mientras las gotas se deslizaban por el cristal como lágrimas silenciosas.

Mientras seguías observando la lluvia, escuchaste fragmentos de la conversación de Dooshik al teléfono.

Eres el mejor, ¿lo sabías? ─ dijo con una nota de burla en su voz. Luego, su tono se suavizó ─ Sí... ¿Puedes venir en un rato? ─ suspiró, como si quisiera decir algo más pero se contuviera ─ Que sí, que sí... Está bien, hasta luego.

El sonido del teléfono colgando llenó el silencio que había en la habitación. Unos segundos después, Dooshik volvió a tu lado y se sentó, tomando tu mano con una suavidad que contrastaba con su usual despreocupación.

─ Quiero... decirte algo importante ─ murmuró, y sentiste un ligero apretón en tu mano. Lo miraste con curiosidad y un poco de preocupación ─ Un amigo de mi jefe se va a llevar a Kiki.

─ ¿Qué? ─ preguntaste, confundida ─ ¿Por qué se la va a llevar? ─ tus cejas se fruncieron, reflejando la incomodidad que sentías.

─ Porque... Quiero llevarte a un lado ─ dijo Dooshik, una sonrisa amable se asomó en sus labios ─ ¿Dejas que Kiki se quede con él?

Camino De Espinas | Kang DooshikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora