Capítulo 17.

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Si pudiera volver al día en que nos conocimos, probablemente me quedaría en la cama

El aire en el pasillo se sentía pesado, cargado de una tensión que hacía cada respiración un esfuerzo

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El aire en el pasillo se sentía pesado, cargado de una tensión que hacía cada respiración un esfuerzo. Te acercaste a Pilwon, tratando de mantener la calma, aunque tu interior era un torbellino de emociones.

─ ¿En dónde está Dooshik? ─ tu voz temblaba, pero trataste de sonar firme.

Él se detuvo frente a ti, sus ojos fríos y calculadores fijos en los tuyos. No dijo una palabra, simplemente extendió la mano y dejó caer unas bolsas en el suelo, el sonido sordo de la tela llenando el silencio.

─ Cámbiate ─ ordenó, su tono molesto ─ Te llevaré con él.

Miraste las bolsas y luego a Pilwon, tu corazón latiendo desbocado ─ No pienso cambiarme hasta que me digas dónde está Dooshik ─ tu voz se elevó, un intento desesperado de recuperar el control de la situación.

La sonrisa que se dibujó en sus labios era más una amenaza que una muestra de humor ─ No me hagas repetirlo ─ dijo, cada palabra goteando de violencia ─ Te cambias ahora, o te haré ir conmigo de una manera que no te gustará.

La amenaza en sus palabras era clara y contundente. Sentiste un escalofrío recorrer tu columna. Tu instinto te gritaba que no cedieras, que pelearas, pero contra él no podías hacer nada, solo obedecer como siempre lo hiciste.

Finalmente, con una mezcla de resignación y miedo, asentiste. Te agachaste y recogiste las bolsas, sintiendo el peso de la situación aplastándote. Mientras te dirigías a la habitación para cambiarte, la figura de Pilwon permaneció en el umbral, vigilante, asegurándose de que no intentaras nada.

Con cada prenda que te ponías, sentías que perdías un poco más de control, entregándote a la voluntad de Pilwon. Pero, en el fondo de tu mente, una chispa de esperanza seguía ardiendo por encontrar a Dooshik.

Te terminaste de cambiar, salieron del hotel y Pilwon te guió hasta su auto, su presencia imponente detrás de ti como una sombra constante. El viaje fue silencioso, cargado de una tensión palpable. A través de la ventana, el pueblo parecía un borrón de luces y sombras, un contraste con el nudo de incertidumbre que crecía en tu estómago. Cuando finalmente llegaron a su casa, una mansión imponente y fría, el temor se apoderó de ti por completo.

Al entrar, tus ojos se encontraron con Jooha quién estaba esperándote en el vestíbulo. Corriste hacia él y se abrazaron con fuerza, sus cuerpos temblando de miedo y alivio.

─ ¿Estás bien? ─ susurraste, sintiendo su angustia reflejada en tus propios ojos.

─ No lo sé ─ respondió Jooha, su voz apenas un murmullo.

─ ¿Qué estas haciendo aquí?

─ Dooshik... Dijo que no te encontraba ─ sus manos comenzaron a temblar ─ Dani y yo salimos a buscarte, pero nos separamos y... No sé dónde está Dani ─ sus palabras eran un eco de tu propio pánico ─ Pilwon me llamo diciendo que te encontró y vine ─ en ese momento, se aferraron el uno al otro como si ese contacto pudiera ofrecer alguna protección contra la amenaza que los rodeaba.

Camino De Espinas | Kang DooshikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora