El regreso

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Lisa estaba en su habitación, sentada en la cama con la carta abierta en sus manos. Las palabras impresas en papel parecían pesar una tonelada. "Debes regresar a tu antigua escuela". La noticia era devastadora, y aunque Lisa había aprendido a ser fuerte, esto era un golpe inesperado.

El eco de esas palabras retumbaba en su mente mientras intentaba asimilarlo. No quería regresar a ese lugar que había dejado atrás, a esos pasillos llenos de recuerdos que prefería olvidar. Pero las decisiones se habían tomado por ella, y no había forma de escapar.

Cuando Bangchan se enteró, su reacción fue instantánea. Corrió hacia donde estaba Lisa, su rostro pálido y la preocupación evidente en sus ojos.

—Lisa, ¿esto es en serio? —preguntó, casi sin aliento. La idea de perderla era un golpe para el corazón de su banda.

Lisa asintió, luchando por mantener la compostura.

—Sí, Bangchan... No tengo elección. Me están obligando a volver.

Bangchan se quedó en silencio, sus pensamientos corriendo a toda velocidad. Habían pasado por tanto juntos, y ahora todo se desmoronaba. Intentó encontrar las palabras adecuadas, pero todo lo que pudo hacer fue acercarse y abrazarla.

—Te voy a extrañar —murmuró con un tono de tristeza—. No será lo mismo sin ti, Lisa.

Jeongyeon llegó poco después, informada por Bangchan. Al ver a Lisa, su expresión se suavizó en una mezcla de tristeza y aceptación. Era difícil imaginar la vida sin Lisa a su lado.

—Sé que tienes que irte, pero... prométeme que volverás a vernos —dijo Jeongyeon mientras la abrazaba con fuerza—. No podemos perderte así.

Lisa sonrió débilmente, tratando de ocultar el dolor que sentía. Sabía que las despedidas eran inevitables, pero eso no las hacía más fáciles. Pasaron la tarde juntos, intentando aferrarse a los buenos momentos y fingir que todo seguiría igual, aunque ambos sabían que las cosas cambiarían.

Finalmente, llegó el día de la partida. Lisa se puso el uniforme que tanto odiaba: el saco azul, la camisa blanca, la corbata roja con gris, el chaleco gris, y los pantalones grises. El uniforme que le recordaba constantemente lo diferente que era, y cómo había luchado tanto para ser aceptada. Frente al espejo, se ajustó la corbata con una mezcla de resignación y determinación. No iba a permitir que este uniforme la definiera, aunque las sombras del pasado volvieran a perseguirla.

Cuando llegó a la escuela, el ambiente era tenso. Los pasillos estaban llenos de estudiantes que se detenían para observarla, susurrando entre ellos. Lisa Manobal había vuelto, y la noticia se extendió rápidamente como el fuego. La presencia de Lisa era como un recordatorio viviente de su antigua vida, la chica rebelde que había desafiado las normas y las expectativas.

A pesar de las miradas inquisitivas y los murmullos a su alrededor, Lisa mantuvo la cabeza en alto, recordándose a sí misma que había superado desafíos mayores que esto. Pero justo cuando comenzaba a sentirse abrumada, una figura familiar apareció en la distancia. Era su banda, sus viejos amigos que habían estado con ella desde el principio.

Jungkook, Seulgi, Momo, y Suga estaban allí, esperándola con sonrisas cálidas. El alivio la inundó al verlos, y sin dudarlo, corrió hacia ellos.

—¡Lisa! —gritó Jungkook mientras todos se abalanzaban sobre ella, envolviéndola en un abrazo colectivo que la hizo sentir como en casa de nuevo.

—Pensé que nunca te veríamos con ese uniforme otra vez —bromeó Seulgi, aunque su preocupación era palpable en sus ojos.

—Sabes que no puedes deshacerte de nosotros, ¿verdad? —añadió Suga, dándole un suave golpe en el hombro mientras sonreía con complicidad.

Rivales del corazón. JENLISA G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora