Rivales del corazón. JENLISA G!P

Jennie

POV Seungmin

Llevaba tiempo observando cómo Jennie y Jeongin se comportaban. Algo en su relación me incomodaba, y aunque intentaba no juzgar, había límites. Jennie no era precisamente una persona sutil cuando coqueteaba, y Jeongin... bueno, parecía no tener reparo en corresponderle. Después de todo, yo era su amigo, y también de Haerin, y esto no me parecía justo para nadie.

—Jeongin, tenemos que hablar —dije, con el ceño fruncido, mientras nos encontrábamos solos en una cafetería.

—¿Sobre qué? —preguntó despreocupadamente, pero en su mirada pude ver un toque de incomodidad.

—Sobre Jennie. ¿No te das cuenta de cómo te está coqueteando? Y tú... tú le sigues el juego. Tienes a Haerin, Jeongin, y no es justo para ella —solté con frustración.

Jeongin bufó, como si mis palabras le resbalaran.

—Estás exagerando, Seungmin. Jennie es solo una amiga.

—¿Una amiga? ¡Vamos, Jeongin! He visto cómo te mira y cómo tú le respondes. Esto está mal, y lo sabes —mi tono subió un poco sin que me diera cuenta.

Jeongin chasqueó la lengua, negando con la cabeza.

—No tienes idea de lo que estás diciendo —respondió, tratando de esquivar el tema.

—Claro que sé. Pero parece que tú no sabes lo que estás haciendo —le respondí. La tensión creció entre nosotros hasta que finalmente se levantó, sin decir nada, y salió de la cafetería.

POV Haerin

Había salido con la intención de sorprender a Jeongin con una visita inesperada, cuando lo vi en un rincón de un café. Y en sus piernas... estaba Jennie, riendo despreocupadamente como si el mundo entero desapareciera alrededor de ellos. Mi corazón se rompió en mil pedazos al ver aquella escena.

Respiré hondo, resistiendo las ganas de llorar. Sin que ellos se dieran cuenta, me alejé, sintiendo como si me hubieran arrancado algo de dentro. No podía creer que él, mi novio, estuviera en una situación tan íntima con otra chica, y peor aún, una chica con un historial tan complicado.

Esa noche, no pude dormir, la imagen de Jennie y Jeongin juntos rondaba mi cabeza, dándome vueltas y vueltas. Sentía que el suelo se desmoronaba bajo mis pies. No iba a dejar que eso quedara así, no esta vez.

Al día siguiente, con el corazón destrozado pero dispuesta a enfrentarla, busqué a Jennie. La encontré en un parque, sentada en una banca. Me acerqué lentamente, controlando mi respiración, intentando no dejar que el dolor me debilitara.

—Jennie, tenemos que hablar —dije, con una voz más firme de lo que esperaba.

Ella levantó la vista y me miró, con sorpresa y algo de incomodidad. Se notaba que sabía a lo que me refería.

—Haerin... yo... —empezó a decir, pero la detuve.

—No, déjame hablar primero. Vi lo que hiciste con Jeongin. Lo vi todo. Te sentaste en sus piernas como si no hubiera nadie más en el mundo, como si no te importara que él tuviera novia. Y lo peor de todo es que ni siquiera pareces arrepentida —le dije, mi voz temblando de furia contenida.

Jennie bajó la cabeza, mordiéndose los labios, como si no supiera qué decir.

—Lo siento, Haerin... de verdad no fue mi intención lastimarte. No volverá a pasar —murmuró, sin mirarme a los ojos.

Solté una amarga carcajada, incapaz de contener la ironía de sus palabras.

—Claro que no va a volver a pasar, porque es la primera y última vez que te lo permito. ¿Sabes qué, Jennie? Nadie te va a amar de verdad si sigues así. No es mi culpa que tú y Lisa no hayan funcionado como relación. Pero eso no te da derecho a venir y destrozar la mía —le dije, con la voz cargada de resentimiento.