Los Kim

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Era un día soleado en Seúl, cuando las familias Kim y Manobal decidieron reunirse en la cancha de la preparatoria de Seúl para un amistoso juego de baloncesto. Kim Hyun-soo, el hermano mayor de Joon-ho y padre de Jennie, junto con Marcos Manobal, padre de Lisa, eran los protagonistas de ese juego. Ambos eran competitivos, pero también amigos cercanos en ese momento, o al menos eso era lo que todos creían.

Hyun-soo y Marcos habían sido compañeros de clase en la preparatoria, y aunque tenían personalidades muy diferentes, su amistad había perdurado a lo largo de los años. Hyun-soo era calmado, sereno y siempre había sido el líder natural. Mientras tanto, Marcos era apasionado y algo impulsivo, pero con un corazón amable que había conquistado a muchos. Sin embargo, ese día, las tensiones entre ellos estaban a punto de desbordarse, y lo que comenzó como un simple juego amistoso se convertiría en una tragedia.

La familia Kim había llegado temprano a la cancha, junto con Hyun-soo y su esposa, que en ese momento estaba embarazada de su segundo hijo. Jennie, de solo 7 años, observaba desde la distancia, admirando a su padre mientras calentaba antes del partido. A su lado estaba su primo, Kim Taehyung, quien aún no sabía que su vida estaba a punto de cambiar para siempre.

El juego comenzó con risas y bromas, pero a medida que avanzaba, la competencia entre Hyun-soo y Marcos se intensificó. Ambos hombres eran demasiado orgullosos para aceptar la derrota, y pronto, lo que había comenzado como un juego amistoso se transformó en una lucha por el dominio. Ninguno quería ceder, y la atmósfera se volvió tensa. Las palabras se volvieron ásperas y las miradas más duras.

Fue entonces cuando ocurrió el accidente. En un intento desesperado por ganar el balón, Marcos empujó a Hyun-soo con más fuerza de la necesaria. Hyun-soo perdió el equilibrio, cayó de espaldas, y su cabeza golpeó el suelo con un sonido seco. El silencio se apoderó de la cancha. Jennie gritó, corriendo hacia su padre mientras su madre, horrorizada, caía de rodillas al suelo.

Hyun-soo no se movía. Marcos, al darse cuenta de lo que había hecho, quedó paralizado de horror. Intentó ayudar, pero los demás lo apartaron. La ambulancia llegó rápidamente, pero no hubo nada que pudieran hacer. Hyun-soo murió en el hospital esa misma tarde, dejando a la familia Kim destrozada.

La tragedia fue aún más profunda para la madre de Jennie. Ella, embarazada de su segundo hijo, no pudo soportar el estrés y la tristeza que siguieron a la muerte de su esposo. La pérdida de Hyun-soo fue devastadora, y su salud se deterioró rápidamente. Unos meses después, dio a luz prematuramente a una niña, pero su cuerpo ya no podía soportar más. Falleció poco después del parto, dejando a Jennie huérfana de madre y a la recién nacida sin conocer a sus padres.

El duelo en la familia Kim fue insoportable. Jennie, que había sido una niña alegre y vivaz, se volvió retraída y distante. Taehyung, aunque era joven, entendió que su mundo nunca volvería a ser el mismo. Ambos fueron criados por el hermano de Hyun-soo, Joon-ho, quien trató de llenar el vacío, pero el peso de la tragedia siempre estuvo presente.

Marcos Manobal, por su parte, quedó consumido por la culpa. La amistad entre las dos familias se rompió para siempre. Poco después del incidente, Marcos y su familia se mudaron a Tailandia, donde trató de reconstruir su vida, pero nunca pudo escapar del fantasma de Hyun-soo. La relación entre Lisa y Jennie, que alguna vez fue prometedora, se vio destruida antes de que tuviera la oportunidad de florecer.

Con el tiempo, Jennie y Taehyung crecieron, cada uno lidiando con el dolor a su manera. Jennie se volvió estricta, perfeccionista, obsesionada con mantener el control en un mundo donde todo se le había escapado de las manos cuando era una niña. Taehyung, aunque mantuvo su carisma, siempre guardó una sombra de tristeza en sus ojos.

La tragedia de ese día en la cancha de la preparatoria de Seúl marcó para siempre la vida de ambos primos, y el recuerdo de lo que ocurrió se convirtió en una herida abierta, una que no podrían olvidar, sin importar cuánto tiempo pasara.

Después de la muerte de Hyun-soo, la familia Kim quedó sumida en un dolor profundo. El funeral fue un evento devastador, con lágrimas y lamentos que llenaron el aire. Jennie, siendo tan joven, apenas podía comprender la magnitud de lo que había sucedido, pero sabía que su mundo había cambiado para siempre. Su madre, sumida en un dolor insondable, apenas podía soportar la pérdida de su esposo, y esto afectó gravemente su salud.

El padre de Taehyung, Kim Joon-ho, se acercó a Jennie durante el funeral, arrodillándose para estar a su nivel. Sus ojos estaban llenos de tristeza, pero también de una determinación feroz.

—Jennie —le dijo suavemente—, sé que ahora todo parece muy difícil, pero quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti. No importa lo que pase, yo te voy a cuidar como si fueras mi propia hija. Tu papá y yo éramos hermanos de sangre, y eso nunca cambiará. Siempre tendrás un papá que te protegerá, te lo prometo.

Jennie, con lágrimas en los ojos, asintió débilmente. Aunque no podía entender completamente sus palabras, el tono de su voz le ofrecía un pequeño consuelo en medio de su dolor.

Sin embargo, la tragedia no había terminado para la familia Kim. Unos meses después, la salud de la madre de Jennie, debilitada por el estrés y la tristeza, comenzó a deteriorarse. El embarazo, que alguna vez había sido una esperanza en medio de la oscuridad, se convirtió en una amenaza para su vida. A pesar de los esfuerzos de los médicos, la madre de Jennie cayó gravemente enferma y fue hospitalizada.

El día en que Jennie perdió a su madre fue uno de los más oscuros de su vida. Recuerda haber estado sentada en la sala de espera del hospital, con las manos temblorosas y el corazón latiendo desbocado. Los médicos entraban y salían de la habitación, sus rostros graves y llenos de preocupación.

Finalmente, uno de los doctores salió, con la mirada baja. Se acercó a Joon-ho y, con voz sombría, le informó que habían hecho todo lo posible, pero que su esposa no había logrado sobrevivir. El bebé también había fallecido.

Jennie no podía creerlo. El dolor era insoportable, como si una parte de ella misma hubiera sido arrancada. Sus tíos, Joon-ho y su esposa, la abrazaron con fuerza, pero nada podía llenar el vacío que sentía en su corazón. Había perdido a ambos padres y al hermano o hermana que nunca conocería.

A partir de ese momento, Jennie fue criada por sus tíos, los padres de Taehyung. Aunque la trataban con amor y se aseguraban de que no le faltara nada, Jennie siempre sintió que algo faltaba, un vacío que nada ni nadie podía llenar. La tristeza que la envolvía desde niña se convirtió en una fortaleza, en una coraza que la mantenía alejada de los demás. Jennie aprendió a ser fuerte, a ser perfecta en todo lo que hacía, porque sentía que era la única manera de honrar la memoria de sus padres.

Taehyung, aunque también afectado por la pérdida, siempre intentaba hacerla reír y distraerla de su tristeza. Pero Jennie nunca volvió a ser la niña alegre y despreocupada que una vez fue. El dolor la había cambiado, y ese cambio la acompañaría durante toda su vida.

Con el tiempo, Jennie se convirtió en la presidenta del consejo estudiantil, una líder estricta y disciplinada, con una reputación intachable. Pero en el fondo, seguía siendo la niña que perdió a sus padres demasiado pronto, cargando con un dolor que nunca desaparecería del todo. Aunque su tío Joon-ho había cumplido su promesa de cuidarla como si fuera su propia hija, Jennie siempre supo que había partes de su vida que nunca podrían ser reparadas.

Y así, creció bajo la sombra de esa tragedia, con su primo Taehyung siempre a su lado, intentando protegerla de un mundo que le había arrebatado tanto.

Rivales del corazón. JENLISA G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora