Una canción de Amor

Capítulo 142 | "Volver a verlos"

Silvia.

Coloco mis manos en su pecho y lo alejo. Jorge quiere continuar pero nuevamente lo alejo recordando en donde estamos.

Silvia- No, no amor... Estamos en la habitación de nuestro hijo. Aquí no.

Jorge- Tienes razón.

El abre la puerta y salimos a comer. Una vez que empezamos a almorzar observo a mi familia, no puedo evitar pensar en todo lo que nos costo estar ahora asi, muchas lagrimas y por Dios que quise morir al pensar que mi hija y el amor de mi vida estaban muertos. Ahora veo a Camille felizmente hablando con Ambar, Jorge habla con Bastien y sonrio al verlos. Unas lagrimas rodean mis mejillas y la limpio bajando la cabeza y terminando la comida.

Jorge- ¿Estas bien amor?

Silvia- si, ¿Niñas me acompañan a probarme el vestido?

Ambas asienten y se van cambiar de ropa. Bastien ira con su papá por su traje. Los dejo mientras voy a cambiarme para salir con las niñas.

El dia pasa muy rapido para mi gusto, las niñas estan cansadas de caminar, pero por fin tenemos todo,  ya solo falta que llegue el dia de la boda. Llegamos a casa y las niñas se despiden para ya ir a dormir. Paso por la habitacion de Bastien y el ya esta dormido. voy a mi habitacion y Jorge esta dormido. Me quito los zapatos, tambien la ropa quedando en ropa interior y en ese momento Jorge abre los ojos.

Jorge- Que hermosa es mi futura esposa.

Silvia- pense que dormias amor.

Jorge- Te estaba esperando.

Silvia- ¿Como te fue?

Jorge- muy bien, ya tenemos todo, solo falta que llegue el dia.

Silvia- lo mismo digo, ya no falta nada amor, estoy muy nerviosa.

Jorge- yo tambien, pero todo va a estar bien.

Silvia- Yo te amo Jorge.

Jorge- No, Yo te amo a ti.

Nos besamos con intensidad, no nos cansamos de demostrarnos afecto y hacer el amor. Jorge es todo para mi, lo necesito como el aire que respiro, es mi compañero de vida y no hay mejor persona que el, es mi mejor amigo y complice en todo, sin dudas hoy pienso que ya no tengo nada que reprocharle, no tengo nada de lo que culparlo porque soy una mujer muy feliz. Hacemos el amor de una manera romantica y llenos de besos y te amos de parte  de ambos.

Al día siguiente despierto muy temprano y me preparo porque tengo que ir a una reunión muy importante en la empresa. Salgo aún cuando todos están durmiendo pero al pasar por la habitación de Bastien lo veo cambiado.
Silvia- Hola mi amor.
Bastien- Hola mami, ¿Vamos a desayunar?
Silvia- No, tengo que ir a la empresa. ¿Quieres venir conmigo?
Bastien- si. Me portaré bien.
Silvia- yo lo sé... Vamos y allá desayunas.
Bastien- ok.
Vamos junto a Víctor, antes de irnos estira la mano y me entrega dos pastillas con una botella de agua.
Silvia- No... Por favor.
Victor- Señora... Es una orden.
Silvia- (sonríe) si señor.
Luego de tomar las pastillas llegamos a la empresa y pasamos toda laañama y parte de la tarde.

Al regresar a casa encontramos todo en silencio. Me parece raro y tomados de la mano buscamos a los demás.
Silvia- Amor, guapo... ¿Donde estas?
Llamo a Víctor y el tampoco sabe nada. Llamo por teléfono a Jorge y escucho el teléfono en la habitación. Llamo a Ámbar y el teléfono de ella también está en casa.
Silvia- Dios mio, esto me preocupa.
Llamo a Iker y el contesta enseguida. Me dice que no sabe nada, que Camille y Ámbar están en su casa. Luego hablo con Camille.
Camille- Mami, espera a papá. Yo no quiero estar todavía ahí. Disfruta con ellos.
De pronto siento el sonido de la puerta y veo entrar a Jorge, corro a abrazarlo.
Silvia- ¿Estás bien? Mi amor, que sucede.
Jorge- todo está bien amor... Que bueno encontrarlos, quiero darles una sorpresa.
Jorge se separa de mi y se haces un lado. Veo entrar a mi papá y a mamá, ambos se notan cansados.
Silvia- papito... Mami.
Mis lágrimas bañan mi mejilla y veo que Bastien corre a abrazar a mamá. Abrazo a papá y el se aferra a mi, siento que llora.
Silvia- No te vayas nunca más... Yo te amo papito.
Guido- perdóname princesa.
Silvia- Te amo papito. Me hiciste mucha falta, no vuelvas a irte ¿Ok?
Guido- nunca más. Te amo hija.
El se aleja un poco y besa mi mejilla. Abrazo a mamá y ella no me dice nada pero me abraza fuerte.
Silvia- Que hermoso verte mami.
Rosario- te extrañé tanto.
Silvia- Yo a ti. Te amo mami.
Rosario- te amo hija... Perdóname, no tenía que pasar lo que pasó.
Silvia- luego hablamos bien, lo importante es que están aquí... ¿Están bien?
Guido- ahora que te vimos estamos felices.
Bastien abraza a su abuelo y yo tomo del brazo a Jorge.
Silvia- papito, llegaste justo para entregarme en la iglesia.
Guido- ¿En serio?
Silvia- Si, Jorge y yo nos casamos.
Guido- ¿Cuando?
Silvia- en dos días.
Guido- Este es uno de tus sueños y yo sabía que se iba a cumplir porque ustedes se aman. Van a ser muy felices.
Silvia- lo somos, y ahora mucho más teniendote conmigo papito.
Guido- mereces muchas cosas bonitas.
Silvia- Dime que me vas a llevar a la iglesia.
Guido- Por supuesto que si.
Silvia- que felicidad. Pero promete también que vas a regalar a Jorge cada vez que se porte mal.
Guido- Te lo prometo.
Jorge- pero yo siempre me porto bien.
Silvia- no es cierto.
Jorge- cállate.
Silvia- ¿Lo ves papito?
Guido- Jorge, no le grites a mi bebé, háblale con amor, no seas grosero.
Dice fingiendo enojo y eso me hace reír. Le muestro la lengua a Jorge y el se acerca a mi oído a decirme una vulgaridad. Abro los ojos sorprendida.
Silvia- Papito...
Guido- no quiero saber que te dijo... Pero Jorge quítate y no la toques.
Mi padre me toma de la mano y me aleja de Jorge. El mira a todos lados.
Guido- ¿Y mi nietita?
Silvia- no está aquí. Pero vendrá luego.
Guido- tenemos muchas ganas de verla. ¿Verdad Rosario?
Silvia- de tu lo creo pero... De mamá no.
Digo solo para que escuche papá, el besa el dorso de mi mano y bajo la mirada.
Guido- ya hablé con ella. Todo va a estar bien, te lo prometo. Todo va a cambiar.
Silvia- ojalá porque yo no le haré pasar malos momentos a mi hija... Camille es mi hija, papito.
Guido- lo sé, ella es mi nieta y tampoco voy a dejar que pase malos momentos.
Silvia- tienes otra nieta.
Guido- ¿Cómo?
Silvia- se llama Ámbar y es de la misma edad de Camille. ¿Si la conoces?
Guido- si, la vecinita.
Silvia- ella estará unos días, todavía no sabemos que sucederá pero es parte de la familia.
Guido- entonces tengo dos nietas y un nieto... Me encanta.
Silvia- gracias... Te extrañé mucho.
De pronto llega mamá y nos mira a ambos.
Rosario- ¿Y dónde está mi nieta?
Dice sincera, veo en sus ojos arrepentimiento y sonríe al mismo tiempo que yo.
Silvia- ¿Quieres verla?
Rosario- si, tengo que decirle que... Siempre fue tu hija y que no supe valorarla.
Sonrío y abrazo a mi madre con lágrimas en los ojos.