Capítulo 110 | "Empezar de nuevo"

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Silvia.

<<Silvia por favor, ahora no... Estas sola>>

Me repetí en la mente, debía tranquilizarme, tenía que controlarme, respire me levanté de la silla. Mire a todos lados y él no estaba. Dolió saber que no era verdad, mire a mi hijo y me sentí mucho mejor.

Jorge no estaba y lo tenía que aceptar. Lo que no podía aceptar es no ver a mi hija, no pude verla por última vez. Dos años pasaron rápido y no tuve demasiado tiempo con ella, porque me enferme... La vida me la quitó muy pronto.
Mi teléfono sonó, atendí y hablo Lizardo.

Lizardo- Silv... Te tengo que decir algo.

Silvia- ¿que pasó?

Lizardo- voy a tu casa y hablamos.

Silvia- esta bien.

Espere pacientemente la llegada de Lizardo, Él al llegar beso mi mejilla y se sentó en el sofá. Sin esperar más habló.

Lizardo- es hora de que veas la tumba de Jorge y Camille.

Mi corazón se detuvo por un instante, mis piernas me fallaron y caí sentada en el sillón.

Silvia- pero... No... Tu me dijiste que..

Lizardo- si lo enterramos a los dos... Sólo que tu entraste en crisis y no podíamos llevarte así.

Silvia- ¿pero como están seguros que son ellos?

Lizardo- porque ellos eran los únicos que iban en el auto, los autos de Marina iban mucho más atrás. Hay testigos, varios... Son ellos y a mi también me duele decirte esto.

Silvia- Mi hijo es muy chiquito ahora no puedo ir, pero pronto iré.

Dije algo ausente, no quería ir, no podía aceptarlo aunque tenía que hacerlo por mi propio bien. Esto es algo doloroso, demasiado, como se hace para ir a visitar a unas personas a un cementerio cuando estaba tan acostumbrada a tenerlos a mi lado, podía acercarme y abrazarlos, besarlos. Ahora no puedo ni si quiera ver sus ojos, sólo me quedan recuerdos hermosos pero que aún duelen. Duelen porque no puedo comentarlos con ellos, decir esa frase que tanto nos hace viajar en el tiempo "Recuerdas cuando..."; y la otra persona terminaba la frase. Cómo hago para no llorar cada vez que paso por aquel lugar donde íbamos siempre, con quién hago bromas que sólo entendíamos los dos, a quien le cuento un cuento o la peino antes de dormir.

Todo esto me duele en el alma, no me deja respirar y me hace caer, pero luego te me apareces con esa sonrisa que me dice que debo ser fuerte, que algo mejor vendrá pronto, que no siempre será tristeza. Todo pasará y podré saltar de la alegría.

Lizardo- ¿Estas...?

Silvia- perdón... Estoy bien.

Lizardo- yo me tengo que ir pero llámame por cualquier cosa que necesites.

Silvia- Gracias.

Lizardo se fue y yo fui a la habitación de mi hijo que ya estaba despierto. Me sonrió y balbuseo algunas cosas.

Silvia- si amor ya vine... Estamos solos así que vamos a prepararte comida.

Lo cargue en mis brazos y lo lleve hasta la sala de estar. Esta casa es demasiado grande para los dos, pero No quiero irme de aquí, aquí esta todo. Me quede mirando a la nada.

Jorge- guapa... Eey... Mi amor no te preocupes que yo cuido de Bastien.

Silvia- esta bien.

Dije girando y viendo a Jorge sentado en el piso junto a Bastien. Los dos me miraron y esos ojos marrones se iluminaron.

Una canción de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora