Capítulo 48 | "el amor es más fuerte"

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Silvia- mi amor ¿que paso?

Camille- ya nos dio hambre y vamos a comer. Me mando Noe.

Silvia agarró la mano a su hija y los tres fueron a juntarse con los demás. Comieron entre la conversación de los niños, que estaban muy emocionados.

Después de comer fueron a pasear para que la comida bajará así podrían subir a más juegos.

Todo el día se pasaron entre juegos, risas, sustos y pequeños besos entre Silvia y Carlos que apesar de estar algo distanciados se demostraban su amor.

Ya se hacia de noche cuando Noelia, Lizardo, Jorge y Íker se fueron a su casa. Mientras que Silvia, Carlos, Regina y Camille volvieron a casa directo a darse un baño, para luego quedarse dormidas.

Eran las 21 pm, Silvia y Carlos tomaban un café en silencio. Ella había decidido hablar con Noelia antes de hablar con Carlos.

Silvia- Perdón amor.

Carlos- la verdad no te entiendo, pero no quiero estar peleado contigo. Pasamos un día hermoso que te parece si lo terminamos de una manera especial.

De pronto a Silvia se le olvido todo, empezaba a tener necesidad de abrazarlo, besarlo y acariciar ese cuerpo precioso que él tenía, al imaginarse se mordió el labio inferior.

Carlos- no hagas eso mi amor.

Silvia- ¿que?

Volvió a morderse el labio sólo para provocarlo, él reaccionó con un beso en los labios recostandola en el sillón, ella soltó una risa y luego se entregó por completo a ese beso, empezó a tener calor y allí se dio cuenta en donde estaba. Se separó entre besos cortos.

Silvia- amor... Aquí no, nos pueden ver... Las niñas.

Carlos se levantó y la levanto a ella en el aire, ella rodeo su cadera con sus piernas sintiendo la erección de él. Fueron sin dejar de besarse hasta la habitación de ella, él cerró la puerta con llave y lentamente la recostó en la cama el empezó a besar el cuello de ella.

Silvia acarició la espalda de él por debajo de su remera, mientras Carlos le quitaba la camisa dejando besos en la clavícula y el hombro de ella. Se separaron para mirarse a los ojos, al ver la aprobación de ella siguió besándola desde los labios hasta el cuello. Sin esperar más Ella le quitó la remera a él, vio los músculos marcados que le quedaban hermoso.

Se despojaron de la ropa que los estorbaba en medio de besos en cada parte del cuerpo, una vez desnudos sintieron la piel del otro, que se estremecia cuando el otro la acariciaba.

Silvia arqueo la espalda haciendo la cabeza para atrás cuando el invadió su intimidad, soltó un gemido, Carlos estiró el brazo para alcanzar el seno de ella para jugar apretandolos y masajeandolos mientras ella soltaba gemidos que no hacían más que incitarlo a más.

Antes de que ella llegará al orgasmo se giro para quedar ella arriba, beso el pecho de su prometido, subió a sus labios quedándose un buen tiempo allí. Luego tomó la intimidad de él y se acomodo para posicionarlo dentro de ella. Así lo hizo, ambos cerraron los ojos un momento al sentir lo profundo que entró.

Silvia empezó a trazar círculos con su cadera, después se movió de arriba a abajo lento y pausado para finalmente acelerar esos movimientos.

Carlos no quería perderse de nada, vio sus movimientos, los sintió, vio su cara, cada vez que se mordia el labio, ella hizo la cabeza atrás gimiendo más alto. Realmente le pareció lo más hermoso que vio.

Ella ya casi llegaba al clímax cuando Carlos la abrazo y se levantó, la tomó en brazos y giro sin salir de ella. La recostó y empezó a moverse apoyando su pecho al pecho de ella, ambos estaban sudorosos. Besó el cuello de ella succionando de vez en cuando, sabía que eso le encantaba a ella.

Aceleró los movimientos, ella plantó sus uñas en la espalda de él, sentía que sus piernas empezaban a temblar, su cuerpo se contraia y gemia más alto en señal de que estaba llegando a la cúspide del orgasmo. Carlos siguió los movimientos hasta que ambos llegaron al clímax al mismo tiempo, él dejó caer su peso en el cuerpo de ella, se separó para ver sus ojos que estaban con un brillo, ese brillo que le hacia saber que estaba feliz. Trazo círculos con su cadera, su intimidad estaba sensible, por lo cual soltó un gemido haciendo que quiera que se mueva más.

Silvia- no hagas eso.

Dijo entre cortado... Cerró los ojos sintiendo lo que él hacia.

Carlos- ¿por qué?

Silvia- porque me dan ganas de más.

Carlos- eso lo solucionamos.

Así la llevo en brazos a la ducha, abrió dejando caer el agua en el cuerpo de ambos la posicionó a Silvia sobre sus caderas, ella rodeo sus piernas en la cadera de él.

Así hicieron el amor una vez más, tardaron en la ducha para asearse bien. Al salir ella se puso una bata sin nada debajo, mientras el sólo se puso el boxer.

Carlos estaba cansado, se recostó en la cama sin saber si debía quedarse o retirarse a su casa. La miró para ver si ella le decía algo. La vio de espalda, ella se estaba poniendo crema en el cuerpo, luego cepillo su pelo castaño. Lo vio a él por el espejo y le sonrió. Al terminar se dio vuelta y dijo.

Silvia- puedes quedarte.

Carlos- y las niñas ¿que pasará con ellas?

Silvia- ellas saben que somos novios.

Carlos- esta bien, mañana me levantó temprano y me voy.

Silvia- como quieras... Voy a ver a las niñas y vuelvo.

Se acercó a él besando sus labios, él la abrazo atrayendola más a su cuerpo pero ella se soltó.

Silvia- voy a ver a las niñas.

Salió de la habitación sonriendo, fue a la habitación de Regina ella estaba dormida, depósito un beso en su frente y se fue a ver a su hija quien también estaba dormida pero alrededor de ella habían muchos juguetes como también en el piso. Se tardó en acomodar todo en su lugar, finalmente le dio un beso en la frente y volvió con Carlos.

Él ya estaba dormido sonrió y le dio un beso en los labios. Se quitó la bata y se vistió sólo con la ropa interior y se recostó abrazando a Carlos. Se quedó profundamente dormida ya que había sido un día cansador.

A la mañana siguiente escuchó ruidos así que abrió sus ojos y se encontró a Carlos ya vestido buscando algo.

Silvia- amor... ¡Buen Día!

Él le sonrió, y siguió buscando.

Carlos- ¡Buen Día! Hermosa.

Silvia- ¿que buscas?

Carlos- ¿mi playera la viste?

Ella río y le dijo donde estaba. En la noche la había arrojado al piso.

Carlos- mira donde la dejaste.

Se vistió y le dio un beso a su novia.

Carlos- me voy... Nos vemos después.

Silvia- Si claro.

Ella se levantó se puso la bata y lo acompañó hasta que él se retiro. Volvió para darse un baño. Al salir se sentó en su cama recordando la noche anterior sin poder evitarlo sonrió. Agarró su teléfono, había varios mensajes de Ana, Guido, Noelia pero también de su secretaria, Sara.

Continuará...

Una canción de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora