2. ¡UNA LOCOMOTORA EN PROBLEMAS...!

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En cierto momento, en el siglo XIX, en el oeste norteamericano, la locomotora Speed - USA iba cargada con seis vagones de madera que serían usados en la minería en plena fiebre del oro. Muchos villanos, en diferentes oportunidades, perseguían las locomotoras para intentar robarlas, por la creencia constante de que iban cargadas siempre de oro, dinero en efectivo o piedras preciosas.

En plena faena de la tarde del 02 de septiembre, el maquinista ferroviario Sebástian M. H. divisó, a través del espejo retrovisor de la misma, que eran perseguidos por una banda de rufianes a caballo y, por supuesto, que aceleró lo más que pudo para alejarse de los bribones. Para lograr más ventaja en velocidad, los auxiliares echaban con rapidez y fuerza el carbón para alcanzar mayor combustión en la caldera de la locomotora.

Pero, como casi siempre en la vida surgía un problema sobre el otro, el auxiliar principal le gritó: ¡Nos estamos quedando sin carbón! ¡Se nos acaba el carbón!

Y mientras aquello ocurría, los ladrones se acercaban más a la locomotora que, por la falta de combustión, disminuía su velocidad.

El maquinista, en su adquirida experiencia, recordó una simple, pero profunda frase que siempre le dijo su padre: ¡El que se desespera, pierde! Pensó con la mayor calma que podía tener en aquel difícil y angustiante momento.

Entre tanto, el auxiliar nuevamente le dijo: ¡La carga (madera) pesa mucho y disminuye la velocidad!

En ese momento, el maquinista reflexionó y se dijo así mismo... ¡Convertiré esta carga, que es tan pesada y es mi gran problema, en combustible! Y le dijo al auxiliar principal: ¡Corten la carga de madera con las hachas lo más rápido que puedan! ¡Y la echan en la caldera!

De inmediato, todos los que viajaban en la locomotora ayudaron en aquel trabajo. Y, a medida que más madera cortaban y usaban como combustible, se alejaron de los ladrones y así sus vidas salvaron.


Moraleja: Si en las dificultades logras obtener la calma, podrás convertir en combustible tus problemas o tus propias pesadas cargas.

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