32. ¡ERA MALO PARA TODO...!

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El pequeño Gio... casi siempre tenía vergüenza de sí mismo y con todos los que le rodeaban... porque se creía a sí mismo que era "malo para todo" o "un bueno para nada". Puesto que sus padres así se lo hacían saber de forma constante, ya que Gio no era, según ellos... ni muy fuerte, ni muy inteligente y ni muy hábil para las cosas de la granja.

Le criticaban sus propios padres y hermanos por su "tontería" de escribir y contar historias tontas y ridículas, según ellos le decían. Al punto que, para "volverlo hombre", le rompían los cuentos y pequeños intentos de narrativa que Gio redactaba.

Decidió, para evitar que las siguieran rompiendo... se decía a sí mismo: ¡Las tengo que escribir en mi cabeza! ¡En mi mente! ¡Y guardarlas en mi memoria!

¡Gio hace todo mal! ¡Y definitivamente no sirve para nada! Dijo el padre cuando Gio cumplió su mayoría de edad. ¡Es mejor enviarlo al ejército a ver si lo hacen hombre! Sentenció el propio padre. Y así fue. Lo enviaron al ejército.

Allí cumplía todas las actividades con relativa facilidad. Por venir "acostumbrado" a los muy difíciles trabajos que en toda su infancia y adolescencia les imponían sus padres a sus hijos. En el ejército le decían que era "bueno para todo" y que además era el "más inteligente".

La psicóloga Maritza había notado su fascinante condición y alta capacidad para escribir. Y al haber culminado con éxito su período de tiempo en el ejército, haciendo caso a la psicóloga, se fue a la capital de su país y centró todas sus ganas en lo que más le gustaba en la vida: escribir y crear historias...

Al cabo de los años, Gio se había convertido en el escritor más famoso y amado de su país. Premiado hasta por el presidente de la Nación y respetado en otros países... por ser considerado el mejor...

Gio escribió su historia para enseñarles a todos que, a veces, quienes más deberían amarnos, son quienes nos hacen más daño... y, en ocasiones, lo mejor... es alejarnos también de ellos...


Moraleja: Todos somos muy buenos para algo... solo que, por estar en los sitios y con las personas menos indicadas, para desarrollarnos en lo que somos buenos... simplemente tenemos que alejarnos, hasta que hallemos el lugar correcto.

LAS CURVAS DE MI ABUELA...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora