64. ¡LA GACELA CON LONGANIMIDAD...!

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La gacela corre, corre y se cae... El miedo la hace levantarse y seguir corriendo cuando el leopardo corre detrás de ella. La persigue por la llanura, por una sabana y por una pequeña montaña... No tiene otro modo más de cómo reaccionar a la intensa y peligrosa persecución a la que está sometida...

Entre tanto, correr y cansancio... de un repentino salto, el leopardo la atrapa... y posa el felino sus pesadas patas sobre el débil lomo de la gacela. Sin saber cómo, repentinamente, la gacela... con movimientos bruscos y desesperados que ni ella misma era consciente de que podía dar o tener... logró zafarse de las garras de aquel animal...

Entre tanto, los otros animales que veían lo que ocurría... comenzaron a vitorearla, a gritarle palabras de ánimo y decían: ¡Corre! ¡Corre! ¡Corre más! ¡Que tú puedes! Pero la gacela de nombre "Gunda", lo cual significaba luchadora... no podía ni siquiera notar que los otros animales intentaban darle ánimo...

Solo "entendía" en medio de la ya asfixiante carrera, que tenía que salvar su vida... y "Dilaa", quien era el leopardo, el cual su nombre en somalí significaba asesino, comenzó a sentir al mismo tiempo odio, admiración y respeto... porque nunca había visto, en toda su vida, una gacela que tuviera tantas ganas de vivir...

No se entregaba... a pesar de la ya notoria y disminuida fuerza en su carrera... el leopardo, ya tan cansado... repentinamente detuvo su carrera. Y la gacela, sin voltear hacia atrás, aún seguía corriendo... Como si fuera lo único para lo que hubiera nacido.

"Gunda" la gacela, cuando ya no podía más y creía que todo estaba perdido... y aun sin voltear hacia atrás... se detuvo. Giró su mirada hacia atrás y ya no veía en varios kilómetros a la redonda al leopardo. La gacela no entendía qué había ocurrido con el depredador. Solo se sabía muy agotada, sedienta y que aún estaba con vida.

Entre tanto, "Jeesasho", el sabio mandril... quien pudo ver lo ocurrido, se bajó del árbol, acercándose a la gacela... le dijo: ¡Eres muy valiente! ¡Eres digna de admirar! ¡Y estás llena de longanimidad!

Ella, sin entender, preguntó qué era eso.

El sabio animal le dijo: ¡Es grandeza y constancia de ánimo en las adversidades!


Moraleja: Siempre es necesaria la longanimidad para seguir adelante.

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