Y Benito, el conejo, le enseñaba en su cueva a sus nueve hijos... sobre el peligro que había más allá de las cuevas, montes y madrigueras. Ya que había muchos animales que se alimentaban de conejos y los perseguían por la pradera y el bosque, cazándolos hasta comérselos...
Algunos de ellos eran los zorros, los lobos, los perros salvajes, grandes serpientes y algunos tigres y leones. Pero los más peligrosos y raros eran "los tontos", decía Benito a sus hijos.
Mientras tanto, seguía explicando los vegetales y frutas que podían comer sin que les hicieran daño. Mostrándoles vegetales como zanahorias, rábanos y frutas del bosque. Pero los niños preguntaron: ¡Papá! Nosotros hemos visto otros animales, pero nunca hemos visto a esos tontos. ¿Cuándo nos muestras unos? ¿Y por qué se llaman tontos? Preguntaban los niños...
Benito los miraba... Sonrió y les dijo: ¡síganme, pero con sigilo y evitando hacer ruido! Así anduvieron por más de una hora atravesando el bosque y la pradera. Hasta que llegaron a una especie de pequeñas montañas o lomas que les servían de escondite. Desde allí Benito les dijo: ¡vean! ¡Esos son los tontos! ¡Y son muy peligrosos!
¡Caminan erguidos sobre sus dos patas! Dijo uno de los hijos de Benito.
¿Y por qué se llaman los tontos, papá? Preguntó otro de los hijos.
Y el padre les dijo: Los llamamos tontos porque... acerquémonos más y veamos lo que hacen... Y así les explico por qué se llaman así...
Vean cómo lanzan cosas raras al río y lo ensucian... Se daña el agua de la misma que luego tienen que beber.
¡Vean aquel otro!
¿Cuál?
El que corta el árbol que le da frutos para alimentarse y que también le da sombra.
¡Papá, mira aquel otro!
¿Cuál?
El que dejó caer la cosa, esa que echa humo desde su boca y hace que el pasto se queme. ¡Qué tontos pueden quemar toda la pradera y quedarse sin donde vivir!
¿Y cómo se llama ese lugar donde viven, papá?
El viejo y sabio búho dice que se llama el "planeta de los tontos". Ya que supo de una vieja y sabia serpiente, que ellos llamaban planeta donde vivían.
Benito les dijo que era ya hora de regresar a casa. Pero antes de irse le pidió: Nunca sean como esos animales tontos que destruyen donde viven, donde duermen, lo que beben y lo que comen.
¡Lo juramos, papá! Dijeron los niños y así regresaron a casa.
Moraleja: Quizás así algunos animales nos ven a nosotros los humanos... como los seres del "planeta de los tontos".
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LAS CURVAS DE MI ABUELA...
De TodoEsta obra intenta ser, además de un anecdotario... ser también un pequeño "libro consejero" en la vida diaria de líderes, orientadores, directores, profesores, maestros, padres, madres y todas aquellas personas que fungen como guías hacia lo positiv...