24. ¡TEORÍA DE LOS COMUNES...!

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El Capitán Máximo G., en situación de retiro y quien era un profundo seguidor de las conductas físicas y químicas de la naturaleza, había desarrollado "una teoría social" que quería "probar". Para ello, invitó en su avión de fumigación a que lo acompañara su buen amigo Luis Hernández, quien era ingeniero.

El capitán Máximo le entregó al ingeniero Luis tres bolsas contentivas de elementos propios de la naturaleza. Despegaron y alzaron el vuelo para la aplicación del "experimento y verificación de la teoría del Capitán". Y ya, en pleno vuelo, el Capitán le dijo al ingeniero: ¡Lanza el contenido de la bolsa con el número 1! Y así lo hizo.

¡Era solo aire, Capitán! Dijo el hombre.

¿Y a dónde se fue?

¿El aire?

¡Sí!

¡Se fue al aire!

Le dijo el Capitán al ingeniero que lanzara el contenido de la segunda y así lo hizo. ¿Y a dónde se fue? Preguntó el Capitán.

¡Cayó al vacío! ¡Era solo tierra, Capitán! Dijo Luis.

Y dijo el Capitán: ¡Lanza el contenido de la otra! Y así lo hizo. ¿Y a dónde se fue? Preguntó nuevamente el Capitán.

¡Cayó igualmente al vacío! ¡Era agua, Capitán!

Y el Capitán pidió que se repitiera lo mismo tres veces más, y el resultado fue igual.

Luego de haber aterrizado, el ingeniero le preguntó qué pretendía saber, hallar o demostrar con lo realizado.

El Capitán le respondió: ¡Yo la llamo Teoría de los Comunes!

¿Y en qué consiste? Preguntó sin dudar el ingeniero.

Y le respondió el Capitán: ¡Todo vuelve a su lugar! El aire se fue con el aire. La tierra que se lanzó, así haya caído sobre un edificio, por el proceso de erosión, volverá a la tierra. Y el agua donde haya caído, de acuerdo con el ciclo del agua, volverá con el agua.

¡Y si lo aplicamos a los seres humanos! De acuerdo con nuestras acciones, actitudes y hábitos, podemos ser llamados buenos, nobles, inocentes o no muy buenos, entre otros. Pero lo que asumamos ser de acuerdo con la convicción que demos a nuestra conciencia... nos llevará a tener amistades comunes a lo que somos. Y siempre volveremos a nuestros comunes. Mientras no renunciemos a la convicción que tengamos.

¡Y es por ello! ¡El bueno andará con el bueno! ¡Y el malo andará con el malo!


Moraleja: Si miramos a quienes nos rodean, esa es la prueba para verificar el nivel de comunes en el que estamos.

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