70. ¡Y A VECES... SE LAS LLEVA EL AGUA...!

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Y repentinamente, en todo el barrio se supo la noticia de que el señor Carlos Pretentius... quien había tenido la fama de ser egoísta, mezquino, de mal genio y grosero con casi todos... se había ganado la lotería con el boleto de cien millones de pesos...

Luego de cobrar su premio, de inmediato salió a comprar todo nuevo y al retorno, todos podían ver cómo bajaban a su casa los señores de la empresa de electrodomésticos, cualquier cantidad de equipos electrodomésticos nuevos. También llevaron un carro de lujo y una moto de alta cilindrada.

De seguido, en las semanas siguientes llegaban personas que no eran del barrio, pero sí "amigos" del derrochador y recién ganador de la lotería. Las cuales eran, de igual manera, fiestas de alto derroche. Así pasaron algunos meses...

Pero, como le es natural al clima y al ambiente, el tiempo de lluvia tuvo su comienzo y el lugar donde se hallaba el barrio donde este ganador de la lotería, se encontraba en las zonas bajas de un valle, rodeado por tres riachuelos y una quebrada de gran tamaño...

Y en la noche del viernes, cuando daba inicio la fiesta de fin de semana del ganador de lotería, que prácticamente odiaba a sus vecinos y los denigraba despectivamente, recordándoles cada vez que podía que eran una "pandilla de pobres". Y a ese inicio de la noche, también tuvo comienzo una lluvia que fue convirtiéndose en una tormenta...

Y la tormenta pasó al nivel de eléctrica... y la cantidad de lluvia aumentaba en cantidades inimaginables... y los riachuelos... y la quebrada... se crecieron a tan alto nivel que se desbordaron y, de forma repentina, inundaron todas las casas del barrio... incluyendo la de aquel hombre que se había ganado la lotería...

Pero él y sus amigos de fiesta habían quedado totalmente atrapados, en la casa "de lujo", que tenía tantas rejas, que fueron puestas para marcar suficiente distancia con "la pandilla de pobres". Sin embargo, fue "la pandilla de pobres" la que auxiliaron y sacaron por las claraboyas del techo... al ganador de la lotería y a sus "amigos" de fiesta.

El hombre y sus amigos... tristes y avergonzados, no sabían qué decir, ni cómo mirarlos... Solo alguna vecina les dijo: ¡Tranquilos! ¡A veces todo lo que presumimos tener! ¡Se lo lleva el agua!


Moraleja: A veces, de todo lo que presumimos, lo perdemos de manera inesperada. Sobre todo, cuando pretendemos ser más que los demás.

LAS CURVAS DE MI ABUELA...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora