Y la noche de aquel inolvidable sábado, luego de escuchar los resultados de los números de la lotería en el canal de televisión nacional, la esposa del señor César Adrián N. conocido como "El Trampas", verificó que el número de lotería que ella había comprado al salir de su trabajo, había sido el número ganador por 100 millones de pesos.
Sin duda lo celebraron con mucha alegría y la felicidad se hizo infinita en aquel momento. "El Trampas" persuadió a su esposa, luego de cobrar el premio, de que él debía ser el administrador de aquel dinero.
Pero "El Trampas" había dedicado su vida a muchos vicios, a mucha irresponsabilidad y a una vida sin pudor. Además de estar apegado a muchos hechos inmorales. Y así confundió ser millonario con despilfarro. Aquella confusión lo llevó a comprar cosas inútiles e innecesarias.
Irresponsablemente, desperdició la oportunidad de brindarle a su esposa e hijos una vida con relativa seguridad financiera. Sus vicios de tan diferente naturaleza fueron tantos, que lo hicieron gastar, dilapidar y desperdiciar la fortuna que la vida a su esposa le había brindado.
Sin darse cuenta, habían quedado repentinamente arruinados y endeudados. La familia entró en una crisis tan profunda, que quedaron en una peor situación que antes de que su esposa ganara la lotería. Y, sobre todo, peor, ahora por las amenazas de prisión por endeudamientos de gastos casi incomprensibles.
La esposa de "El Trampas", en su desespero, buscó ayuda en un psicólogo que se había especializado en: gerencia de la psicología financiera. Y entre tantas cosas, le aclaró la importancia de hacerse verdaderamente rico antes de millonario.
Y así le dijo que la verdadera y real riqueza está centrada en los valores, en la responsabilidad. No solo en profesar, sino en demostrar el amor verdadero. Que no sacrifica a quienes se dice que se ama, sino que, en realidad, hace lo contrario. La verdadera y real riqueza originaria, se centra en una moral con decoro, prudencia y respeto. Y la falta de todo ello, cuando se obtiene algo de dinero por confundir riqueza con banal y simple apariencia... En ese caso, la ruina casi siempre está asegurada.
Moraleja: Sin valores morales profundos, ni propósitos reales y concretos, la plata no sirve para nada. Y sirve para dar felicidad cuando los valores y la moral son robustos y de admiración.
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LAS CURVAS DE MI ABUELA...
AcakEsta obra intenta ser, además de un anecdotario... ser también un pequeño "libro consejero" en la vida diaria de líderes, orientadores, directores, profesores, maestros, padres, madres y todas aquellas personas que fungen como guías hacia lo positiv...