El señor Edgar R. había sido reconocido como el mejor vendedor en tres años consecutivos de la empresa de café "M". Lo vendía en express, en grano y molido. Se esforzaba con mucho tesón y detalles de que la imagen de los productos de la empresa donde trabajaba quedara siempre muy bien.
En cierta tarde, mientras el señor Edgar llevaba sus productos al supermercado del señor Antonio, a quien ya tenía cierta confianza. El señor Antonio le dijo:
¡Mi querido Edgar! ¡Esos productos del café "M" que tú vendes! ¡Son sin duda los mejores! ¡No como los del café "I"! ¡Que son malos en su presentación y en su sabor! ¿Cuál es tu opinión, mi querido Edgar?
Y el señor Edgar le dijo: ¡Señor Antonio! ¡En realidad no puedo yo reafirmar la opinión que usted en este momento ha dicho sobre el café "I"!
¿Y por qué no puedes decirlo si, al fin y al cabo, es la competencia? Preguntó el señor Antonio.
¡Quizás por eso mismo no deba yo decirlo, señor Antonio! Respondió el señor Edgar.
Y siguió diciendo: ¡Yo nunca sabré, señor Antonio! El día en que la empresa donde ahora trabajo, que es café "M", prescinda de mí o ya no requiera de mis servicios como vendedor. Y a lo mejor ese día tenga yo que ir a la empresa de Café "I" a buscar trabajo. Y si hoy le digo que ese café es malo. ¿Cómo o con qué cara vendría yo a decirle a usted, señor Antonio... que el mejor café, es el café "I"?
Y siguió diciendo el señor Edgar: ¡De lo que sí estoy seguro! ¡Es que, de pasar eso! Pondría usted y el resto de los dueños de otros mercados, en duda mi imagen, mi criterio y mi honestidad como ser humano y como vendedor.
A lo que el señor Antonio le respondió luego de reflexionar: ¡Mi querido Edgar! ¡Es por esa manera de ser, pensar y actuar que eres el mejor vendedor en la empresa donde trabajas!
Y sobre él creció el respeto y la admiración del señor Antonio y su entorno sin excepción.
Moraleja: Casi siempre, al querer dañar a otros con tu opinión, ello se convierte en tu propia destrucción.
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LAS CURVAS DE MI ABUELA...
De TodoEsta obra intenta ser, además de un anecdotario... ser también un pequeño "libro consejero" en la vida diaria de líderes, orientadores, directores, profesores, maestros, padres, madres y todas aquellas personas que fungen como guías hacia lo positiv...