Y era el momento de la clase en el que la maestra preguntaba a sus estudiantes:
¡A ver...! ¡Por favor! ¿Qué es lo que más les gusta de alguno de sus familiares? ¡Solo cuéntenme de uno! ¡Del que ustedes prefieran!
Y así, durante más de hora y media, los estudiantes contaron sobre lo consultado por la maestra. Hasta que llegó el turno del pequeño de nombre Mayo, el cual dijo:
¡A mí! ¡Lo que más me gusta de mi abuela son sus curvas!
De inmediato, la maestra, sin previa reflexión o muestras de escuchar con detenimiento, preguntó: ¿Por qué dices esas palabras tan feas sobre tu abuela, Mayo?
El niño quedó sorprendido por las duras palabras de la maestra.
¡Deberías pedir disculpas a toda la clase por ese tipo de lenguaje! Dijo la maestra, con un tono de sermón o reprimenda. Y todos lo miraban como grosero...
Y el pequeño Mayo... dijo: ¡Pero maestra! ¡El ser que yo más amo en este mundo es mi abuela!
¿Y si la amas tanto, por qué, entonces dices eso? Replicó de nuevo la maestra. ¡Explícanos entonces qué quisiste decir! Pidió la maestra.
Y el pequeño Mayo... se levantó y les dijo:
El día que nací yo, mi madre murió por consecuencia de mi parto, que fue difícil y de alto riesgo. Desde entonces mi abuela... mi hermosa abuela, ha sido para mí como mi madre. La que me enseñó a caminar, a hablar, a contar, a escribir. En realidad, me ha enseñado todo lo que sé... Y desde muy pequeñito he llamado en silencio: "sus curvas" a las cosas más bellas, según creo yo... son las cosas más hermosas que hace.
Y siguió diciendo: ¡Sus curvas! ¡Maestra! Las hermosas curvas de mi abuela son:
¡Su tierna sonrisa cuando me anima a seguir adelante! ¡Cuando dobla su ya débil espalda para abrazarme y así espantar mis miedos! ¡Otra de sus maravillosas curvas las veo cuando se arrodilla ante Dios para orar por mí, para que él me proteja!
¡Mi abuela es la mujer que tiene las curvas más bellas del mundo, maestra! ¡Y si eso les molesta, espero que me disculpen! ¡Pero no tengo otra manera de decirlo!
De inmediato salieron lágrimas, vergüenza, disculpas y sobre todo arrepentimiento de toda la clase para con el pequeño Mayo.
Moraleja: Nunca debemos juzgar, señalar y, menos, culpar sin antes aprender a escuchar...

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LAS CURVAS DE MI ABUELA...
RandomEsta obra intenta ser, además de un anecdotario... ser también un pequeño "libro consejero" en la vida diaria de líderes, orientadores, directores, profesores, maestros, padres, madres y todas aquellas personas que fungen como guías hacia lo positiv...