14. ¡YA NO ES EL MISMO... TANTO QUE CAMBIÓ...!

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Andresito "El Costeño" era un niño de un pequeño pueblo en las montañas y, por lo callado y tímido que era, sus amigos y gran parte de los adultos que le rodearon en su infancia, llegaron a pensar que tenía algún tipo de retraso de naturaleza mental.

Decían que Andresito era muy flaco y poco atlético. Que era profundamente inseguro, miedoso y hasta torpe para muchas cosas. Cuando tuvo los 16 años cumplidos, tomó la decisión de irse a la capital de la nación, donde estudió, y luego se marchó a otro país.

Se convirtió en un exitoso hombre de negocios, atleta, de altas conexiones y de influencia a nivel internacional. Se casó y fue distinguido de una esposa y familia maravillosa. Llegó a ser un hombre exitoso. Luego de más de 25 años regresó a su pueblo en las montañas. Quienes habían sido sus amigos de infancia, ya hechos hombres, mujeres y muchos adultos de su infancia, habían muerto.

Mientras él estaba con su familia en el pueblo, a sus espaldas murmuraban: ¡ya no es el mismo! ¡Ha cambiado mucho! ¡Es pretencioso! ¡Es creído! ¡Solo vino a presumir su dinero! ¡No me gusta su familia! ¡Si supieran que de niño era un tonto!

Entre tanto, Andrés contaba con orgullo a su familia, de lo orgulloso que estaba de su pueblo y por ello les había hablado de él toda la vida y les agradecía que hubiesen ido con él a conocerlo.


Moraleja: Para hacerte mejor, la única manera de lograrlo es cambiar. Dejar de ser el mismo. Tal cual lo hace la oruga hasta hacerse mariposa. Pero cuando ello ocurre, te criticarán y en el fondo no lo aceptarán. Todo ello es simple envidia. Nunca dejes de mejorar... Total, hagas lo que hagas, así siempre serán.

LAS CURVAS DE MI ABUELA...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora