Y el señor José estaba tan decepcionado de haber intentado tantas veces levantar y hacer crecer el negocio de la preparación, decoración y venta de pasteles que, en su mente, se había alojado la muy terrible y mala idea de sentirse un perdedor...
Cierta tarde le comentó cómo se sentía a Ricardo Tocarte, quien era un hombre tan maravillosamente positivo, al que le sobraban los "defectos y las limitaciones". Era tan grande su actitud tan positiva que nunca notaba, que los defectos y las limitaciones le sobraban... Por el contrario, estaba convencido de que estas eran sus fortalezas...
Y le dijo Ricardo T. ¿Y de qué te quejas, José? ¿O acaso no sabes que a veces la última puerta o el último intento son los que nos dan el éxito? ¿Acaso no sabes que es imposible vencer a quien nunca se rinde? ¿Acaso no sabes que los grandes proyectos han hallado su éxito en el último momento?
¡Mi querido amigo José! ¿Acaso no te has fijado que hay personas con menos que tú y no se cansan de intentarlo? ¿Acaso no has visto que, personas sin brazos ni piernas, ciegos o sordos, luchan contra todo, todos los días sin quejarse? ¿Acaso no sabes que la palabra final significa hasta el final?
¡Y la peor idea que se te puede ocurrir, mi estimado amigo José! ¡Es dejar de intentarlo! ¡Ve y vístete de ganas! ¡Aprende de este nuevo fracaso! ¡Si no te destruyó y te enseñó, valió la pena! ¡Mi muy querido amigo! ¡Sería una muy mala idea no intentarlo!
Al escuchar las palabras de Ricardo T. José sonrió y con los ojos llorosos lo abrazó y lo comprendió...
Moraleja: Casi siempre es la última puerta donde encontramos el éxito.
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LAS CURVAS DE MI ABUELA...
AléatoireEsta obra intenta ser, además de un anecdotario... ser también un pequeño "libro consejero" en la vida diaria de líderes, orientadores, directores, profesores, maestros, padres, madres y todas aquellas personas que fungen como guías hacia lo positiv...