Instantes después, Santana recorría la multitud con la vista buscando a Brittany. Los ojos se le abrieron como platos al ver la escena que tenía lugar en la parte delantera de la sala.
Alguien estaba abrazando a su esposa alguien mediana, Una mujer.Una mujer guapa.
Santana bajó corriendo los escalones de dos en dos para llegar cuanto antes a su lado Vio que Britt se apartaba de la mujer y que sus apetitosos labios se curvaban dibujando una amplia sonrisa de felicidad.
A regañadientes, ella le soltó la cintura antes de decirle algo que la hizo reír.
A Santana le vinieron ganas de estrangularla primero y de retarla en duelo después.
Mientras se acercaba, Britt se volvió hacia ella la mujer siguió la dirección de su mirada.
Santana se detuvo en seco.
—La Follaángeles —murmuró.
— ¿Perdón? —Lucy Lu se quedó mirando a su antigua directora de tesis, no muy segura de haber oído bien aunque lo cierto era que ella también tenía una buena colección de adjetivos para describir a la Profesora, pocos de ellos halagadores.
«Follaalumnas», pensó.
—Esta conferencia no hace más que mejorar —murmuró Santana, enderezando la espalda para parecer más alta de su metro sesenta.
—Profesora López —la saludó Lucy, hinchando el pecho.
—Lucy —Santana se colocó junto a Britt en actitud posesiva y le dio el botellín de agua.
—Damas, Salúdense —les ordenó ella, mirando a su esposa y a su amiga con el cejo fruncido.
Ellas siguieron sus instrucciones sin entusiasmo.
—No sabía que vendría —confesó Santana, con la mirada fija en Lucy.
—No iba a venir, pero uno de los ponentes ha fallado en el último momento y la profesora Picton me ha invitado mi charla es justo antes que la de Brittany.
Ella sonrió.
—Es fantástico, Enhorabuena.
Lucy le dirigió una sonrisa radiante.
— ¿Puedo invitarte a comer?
—Me temo que ya tiene planes —respondió Santana en su lugar.
Britt se volvió hacia su esposa con lo que sólo podría definirse como «la mirada» antes de asentir.
—Me encantaría ir a comer contigo, Lucy. Gracias.
Santana la agarró del codo.
—No creo que sea adecuado —le susurró.
—Cariño —susurró ella a su vez en tono de advertencia.
—Hola, señora Lu —los interrumpió Katherine, estrechando la mano de Lucy con fuerza antes de volverse hacia Santana—La señora Lu y yo cenaremos juntas esta noche. Me gustaría que Brittany y tú nos acompañarais.
—Estaremos encantadas —replicó Santana, aunque no logró sonar sincera— Y ya que nos veremos esta noche, señora Lu, reclamo la compañía de mi esposa a la hora de comer. —Sonrió, mostrando todos los dientes, blancos y relucientes.
—Cariño —dijo Britt—, ¿podemos hablar un momento? —Volviéndose hacia Katherine y Lucy, añadió—: En seguida volvemos.
Tomándola de la mano, se llevó a Santana a un rincón donde no había nadie.
—Quiero comer con ella.
—Por encima de mi cadáver —repuso Santana, cruzándose de brazos.
—Es una vieja amiga.