Curiosidad

9K 830 296
                                    

Sonrío, es gracioso que algo tan pequeño haga alguna diferencia para él, estoy diciendo "verga" en voz alta por Dios santo y él se preocupa en el "tú". Me hace sentir que todo esto es completamente normal y se lo agradezco para mis adentros. Por primera vez, siento que es normal tener curiosidad o no saber, o querer saber más de lo que mi limitada educación me proveyó.

Cuando se recompone al lado mío, evito moverme, pienso quedarme como estoy, recostada sobre el apoyabrazos, observar y nada más. Él deja su distancia gracias al cielo, temía que se acercara al lado de mi cara y me tocara con eso o alguna guarangada así.

Hablé muy pronto, porque se está tocando por encima del pantalón.

—¿Qué hacés?

—La vas a ver en su máximo esplendor.

—¿Estás excitándote solo?

Pongo cara de asco porque no puedo evitarlo.

—No, estoy calentándome con tus pecas.

Mi corazón da un latido irregular y siento que sus palabras son música para mis oídos. No dejo de explicarme cómo es que sus palabras guarras me gustan tanto y como esa frase no me parece lo más monstruoso y desagradable que escuche en mi vida. Sé que estoy loca porque todo esto me está pareciendo bien y normal, pero esta vez no quiero salir corriendo ni alejarme de él.

—¿Cómo?

Ya no puedo parar, soy una máquina que solo piensa en ir hacia adelante.

—Me imagino que las acabo.

Me encojo y tengo miedo de que lo haga, él, en cambio, ríe.

—Por favor, no.

—No voy a hacer algo que no querés, por algo te pido que hagas tus peticiones fuertes y claras. —Veo cómo sigue creciendo dentro de su pantalón. —Y vos siempre hacés caso...

Estoy a un metro de él, pero siento su energía pegar en mi cuerpo, este chico puede excitar a personas hasta por larga distancia, no deja de asombrarme. Presiono los muslos y estoy ansiosa por verla.

—Apurate.

Exijo y él está encantado con mi curiosidad. Se desabrocha los pantalones y se los baja junto a los bóxers y se queda ahí, como si nada. Mi primera reacción es taparme la cara, sé que soy tonta, yo se lo pedí, pero se bajó los pantalones muy rápido y estas cosas me asustan. Separo mis dedos y veo entre ellos.

La verdad es que no es distinta de las que vi en los videos porno, es más simpática, se podría decir, me da menos miedo, está hinchada y predispuesta, creo que hasta me causa ternura.

—¿Qué pasa?

—Es tierna.

Levanta las cejas y me doy cuenta de que herí su orgullo, no lo decía con mala intención, es de verdad, es lo que pienso.

—Tendrías que decir que te da pavor.

—Miedo me daban las de dos metros y medio negras que encontré en internet.

Vuelvo a herirlo sin querer y agacha la cabeza.

—Ah.

—Es linda, me gusta.

Estoy totalmente loca, estoy alabando el miembro de una persona mientras lo examino.

—Te gustaría más si estuviera dentro tuyo.

Cierro los ojos y suspiro para quitarme todos los insultos que se me ocurren en este momento. Él se recuesta contra el respaldo, espero que se suba los pantalones, pero no lo hace. Aprovecho y sigo mirando.

VirgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora