Espanto

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—¿Todos ven esto?

Le pregunto a Tania que parece ya haberse dado cuenta de que metió la pata.

—Sí... es decir, la gente a veces lo pide para sacar ideas o tatuarse algo del libro.

—¿Alguien se tatuó algún dibujo mío?

Lo que falta ahora es que un extraño esté por ahí con un dibujo mío, desnuda, grabada en su piel con tinta permanente.

—No lo sé, sé que un chico viene por la de la manta...

—¿Andy sabe?

—Tiene turno con él para la semana que viene.

Me muerdo el labio del horror, es decir, no sé cómo sentirme, Andy me dibujó treinta veces como un psicópata mientras dormía. Sin mi permiso. Si me hubiera preguntado, hubiera sido distinto porque, por empezar, no lo hubiera dejado. No solo eso... es como tener fotos eróticas mías para el público. Cualquiera puede saber que soy, solo hace falta ver el color de mi pelo para reconocerme. Es decir, incluso Tania me reconoció sin problemas y el dibujo del orgasmo es... Es terrible ¿Pongo esa cara? Niego levemente y siento las mejillas calientes en una mezcla de pudor y enojo.

Vuelvo a recorrer los dibujos con la mirada, me gustan, a los ojos de Andy soy una persona totalmente diferente, a los ojos de Andy soy linda. Me dibujó miles de veces más linda de lo que soy, pero no quiero que estén acá, tampoco quiero que existan.

Escucho el ruido del látex cerca de mí y levanto la vista para encontrarme con Andy, que terminó con su sesión, sacándose los guantes descartables. Lo miro helada, estoy rabiosa y asustada. No sé. No sé qué hacer ni qué decir, esto de los dibujos me dejó aturdida y confundida. Es un enfermo. Es definitivamente un loco. ¿Me está usando para vender tatuajes sin mi consentimiento?

—¿Qué pasa?

Mira preocupado a Tania y ella levanta los hombros en un "Perdón, te metí en problemas", se gira hacia mí y ve la carpeta abierta sobre mi regazo. Hace un esfuerzo con los ojos y se queda pensativo.

—¿Qué ves?—Se acerca a la carpeta y la toma sin pedir permiso de esa forma torpe que es característica de él. Uno de los papeles cae al suelo y él lo observa bailar en el aire. Los dos vemos como uno de los dibujos donde estoy con los brazos por encima de la cabeza, durmiendo con la cabeza de costado y mis pechos totalmente expuestos aterriza con gracia en el suelo. Vuelve a los dibujos que tiene en la mano y abre los ojos asustado.—¿Qué hace con esto?

Mira a Tania, quien vuelve a hacer el mismo gesto, solo que ahora dice "No sabía". Andy palidece por un segundo y cierra la carpeta con todas sus fuerzas.

—Oh, mierda.

Tomo mi mochila a la pasada y bajo las escaleras a toda velocidad sin mirar atrás o despedirme de nadie.

—¡¿De dónde los sacaste?!

Escucho que Andy grita y corro más fuerte hasta llegar a la calle, miro en ambas direcciones. No debo estar muy lejos del centro, no sé por qué no presté atención cuando vinimos. Escucho la puerta cerrarse a mi espalda y empiezo a caminar acelerada e irritada. Como no sé cómo debería reaccionar ante una situación así, camino rápido para alejarme, no quiero hablar con él. Tengo que pensar.

—¡Cora!

Andy corre y me alcanza sin problemas.

—Andy, no ahora, por favor.

—Te juro que no sabía... hey, mirame.—Levanto la mano para ponerla entre nosotros y camino más rápido. —Cora, fue sin querer.

—¿Me dibujaste sin querer?

VirgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora