Orgullo

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Tomo a Teo de la mano y camino entre la gente hacia el baño.

—Tenés razón, nadie me aguanta de piernas cruzadas.

Es lo último que le digo a Andy cuando paso a su lado arrastrando a Teo atrás mío. ¿De dónde saqué toda esta valentía? El alcohol es genial. Quería tener la última palabra en esta discusión y lo logré, ahora Andy puede hacer lo que se le dé la gana, ya no me interesa, es un idiota.

Cruzo por la puerta del baño de hombres y me pongo roja cuando veo a un hombre en el mingitorio, pero no puedo intimidarme ahora. Llevo a Teo hasta el último baño y nos encierro dentro. Él está encantadísimo. Me golpea contra la puerta con su cuerpo y empieza a besarme, no es desaforado como Andy, no siento esa necesidad, ni esos movimientos bruscos y ásperos. Teo es todo lo contrario, es delicado, se mueve con agilidad y medita cada movimiento. Mete su lengua dentro de mi boca suavemente, más saboreándome que devorándome y con sus manos recorre delicadamente mi cintura.

Tengo que entornar los ojos para no marearme en la oscuridad cuando los cierro por completo. Hundo mis manos en su suave pelo azul y lo traigo más hacia mí, Teo no me atrae lo que me atrae Andy, pero es lindo, sabe lo que hace, quiere y estoy muy enojada. Estoy canalizando mis sentimientos pésimamente, lo sé, pero no puedo y no quiero parar. Lo empujo sobre el inodoro y pongo las manos debajo de mi vestido para quitarme la ropa interior, quiero acelerar las cosas, no quiero tener un segundo para pensarlo.

Me siento sobre la falda de Teo con una pierna de cada lado y se pone como loco cuando puede pasar sus manos por mi muslo sin que lo detenga, me toma de la cola y me empuja más hacia él. Quiero que se quite los pantalones de una buena vez, no que nos toqueteemos, toma mi cadera con las manos y acaricia el pliegue de mis muslos con los pulgares, para ser tan malicioso es bastante sereno.

—¿No sos virgen?

Me dice entre besos y me mece sobre sus pantalones con la fuerza de sus manos. Asiento y recorro con mis manos su pecho por debajo de la remera.

—¿Estás segura de que puedo?

Me desabrocha los botones del cuello de mi vestido y como tiene la espalda abierta se desploma sobre mis brazos y quedo con el pecho descubierto, ya que no tengo corpiño. Teo pone ambas manos sobre mis senos ¿Por qué Andy nunca los toca? Me besa el cuello, con una nota de emoción se empieza a desprender los pantalones y me levanto un poco para que pueda bajarlos.

Estoy lista, borracha, no sé qué estoy haciendo y ya no me interesa nada más. Me doy cuenta de que Andy diciendo esas cosas me dolió más de lo que debería. No quiero admitirlo, pero, mierda, como duele.

No quiero esta estúpida carga que es la virginidad, no la quiero más. Todo hubiera sido más fácil sin ella. Cuando los ojos de Teo se llenan de satisfacción, respiro profundo y me doy cuenta de lo mareada que estoy, intento sostenerme de sus hombros y termino recostándome sobre él, quiero llorar. Me separo de su pecho y lo miro asustada cuando escucho una explosión en el baño que retumba en todas las paredes, él frunce el ceño confundido. Escucho otra explosión más cerca y la tercera se escucha detrás de nosotros.

Veo que el cerrojo de metal del baño público vuela por los aires con sus tornillos, no es que estuviera en muy buenas condiciones, comprendo que las "explosiones" son las puertas de madera golpeando contra las paredes después de que alguien las patea con todas sus fuerzas.

Un brazo me rodea la cintura y me aparta de la cara de seriedad de Teo, vuelo por el aire, rápidamente sosteniendo la parte de adelante de mi vestido contra mi torso para no quedar desnuda, pero mi ropa interior se queda atrás en el suelo.

—¡¿Qué mierda estás haciendo?!

La voz está tan cargada de odio y frustración que casi no la reconozco. No sé a quién le está hablando Andy, pero creo que la pregunta fue para los dos. Me lanza detrás de él, empujándome contra la pared en el mismo movimiento que me apartó de su amigo y caigo al suelo y contra ella golpeándome la cabeza a la vez. Lo siguiente que veo es a Teo que vuela por el baño en dirección opuesta a la mía. Un chico que está entrando por la puerta principal se da media vuelta y nos deja solos.

VirgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora